La amistad y los negocios pueden ser conceptos que se complementan o, por el contrario, presentarse como incompatibles en la práctica. La clave del éxito en un proyecto que se alinea con un vínculo de amistad depende, en gran medida, de la calidad de ese lazo. Es decir, de la confianza existente entre quienes deciden poner en marcha una iniciativa común. ¿Qué ventajas aporta emprender un negocio con un buen amigo? En Empresariados te proponemos una lista con seis puntos clave:
1. La amistad tiene una base sólida
El negocio va a representar un desafío para ambos (no solo a nivel personal, sino que va a impactar en la relación en sí misma). Si la base de ese vínculo no es lo suficiente fuerte, puede debilitarse con la suma de los distintos obstáculos que hay que gestionar en el camino. Sin embargo, dos buenos amigos ya han superado conflictos y tomado decisiones importantes antes de abrir las puertas de un negocio.
2. Confianza plena
Dos buenos amigos que montan un negocio en común no están de acuerdo en todos los temas que abordan durante el proceso. Sin embargo, sí tienen un alto nivel de confianza en el otro. Un factor que es determinante para ambos puesto que, de este modo, cada uno encuentra un aliado en el otro: un verdadero compañero de viaje en el camino del emprendimiento. Si no existe un buen nivel de confianza, puede ocurrir que uno o ambos terminen sobrecargados por el exceso de trabajo.
3. Puntos en común
Aunque dos amigos que emprenden juntos no estén de acuerdo en todos los temas, sí es recomendable que encuentren puntos en común. Y la propia base de la amistad crea una conexión entre quienes ya han mantenido largas conversaciones desde que se conocen. Si la introspección es imprescindible para un emprendedor, cuando el reto se aborda en compañía, también es aconsejable que cada uno sea consciente de las fortalezas y debilidades del otro.
4. El miedo se reduce, la ilusión aumenta
La razón definitiva para emprender con un buen amigo no debe sustentarse en el propio temor que produce dar el paso en solitario. Pero el miedo sí puede irrumpir en la experiencia del emprendimiento al estar originado por diferentes causas. Pues bien, la amistad crea un efecto nutritivo en el mundo de los negocios.
Especialmente, en la fase inicial de un nuevo proyecto: el miedo se reduce a través del apoyo y la compañía. Por el contrario, la ilusión sigue el movimiento opuesto: crece, se multiplica y se expande porque cada amigo transmite al otro su energía positiva.
5. Definir una estrategia en común
Dos buenos amigos ya comparten un proyecto en común que se enmarca en el plano de la amistad. Es decir, disfrutan de una historia que han escrito a través de su iniciativa, su motivación y su complicidad. Pues bien, sobre ese proyecto previo también puede surgir una nueva iniciativa que se integra en el mundo de los negocios. Crear una estrategia compartida es clave para corregir errores, afianzar el crecimiento del proyecto y detectar oportunidades.
6. Buena disposición para alimentar la comunicación
La comunicación es determinante para emprender con un socio. Hay que negociar, atender otros puntos de vista, alcanzar acuerdos y resolver conflictos. La buena comunicación también se nutre con la disposición positiva que dos amigos mantienen cuando se conocen desde hace tiempo. Adoptan una actitud de colaboración y respeto. Incluso si en algún momento surge la necesidad de emprender nuevos caminos por separado, la amistad puede ser esencial para mantener el respeto, la empatía, la admiración, la sinceridad y el agradecimiento por el tiempo de aprendizaje previo.