Organizar un año sabático es un deseo frecuente de muchas personas. Sin embargo, es un proyecto que no siempre se materializa a nivel vital ante las dificultades que supone hacer frente a este proceso desde el punto de vista financiero. En Empresariados mostramos una enumeración de motivos frecuentes que pueden derivar en la organización y disfrute de un año sabático.
1. Reinvención profesional: en busca de un nuevo camino laboral
La reinvención profesional no se concreta de forma inmediata en unos pocos días o semanas. Generalmente, es una experiencia más a medio plazo puesto que la persona necesita dedicarse un espacio para tomar decisiones, adquirir nuevas destrezas o prepararse para conseguir nuevos retos. Por ejemplo, es habitual que el protagonista invierta ese tiempo en su formación.
2. Descansar: autocuidado, bienestar y prevención del estrés
En otros casos, el año sabático se convierte en una necesidad desde el punto de vista físico y emocional. La persona necesita hacer un alto en el camino para cuidarse, descansar y mitigar los efectos del estrés que ha acumulado durante un periodo previo. En cualquier momento de la carrera profesional, más allá de cualquier expectativa por alcanzar un éxito determinado, hay que recordar que no hay nada tan importante como el bienestar interno.
3. Vivir una intensa experiencia de voluntariado
Sin duda, el voluntariado es un objetivo compatible con la vida académica o profesional. Existen tantos proyectos disponibles que la persona puede encontrar una iniciativa que se ajuste a sus horarios y disponibilidad. Sin embargo, algunas experiencias de voluntariado requieren de un mayor nivel de dedicación a largo plazo. Proporcionan una valiosa experiencia práctica que es importante añadir en el currículum.
4. Año sabático después de la universidad
Vivir un año sabático después de la etapa universitaria no significa quedar estancado en la inactividad. Quienes aprovechan de forma consciente este periodo de tiempo, disfrutan de un amplio catálogo de vivencias: viajes culturales, experiencias de voluntariado, asistencia a charlas y congresos…
5. Inmersión lingüística: aprender o perfeccionar un idioma
La decisión de tomar un año sabático está acompañada por su objetivo correspondiente. La inmersión lingüística es una meta que priorizan aquellas personas que quieren aprender inglés, francés, alemán o cualquier otro idioma. Con frecuencia, quien disfruta de su año sabático siente que este propósito es una prioridad en su vida profesional. Quiere esforzarse para mejorar cuanto antes su nivel.
6. Año sabático para pasar más tiempo con la familia
El año sabático, en los diferentes casos y ejemplos, pone de manifiesto la importancia que adquiere la gestión del tiempo. Pues bien, también es habitual que quienes planifican esta experiencia en algún momento de la vida profesional, quieran pasar más tiempo con su familia.
7. Encontrar tiempo para escribir y publicar un libro
Existen proyectos creativos que se posponen ante la necesidad de atender otros asuntos más inmediatos. La escritura requiere de un largo proceso de estructuración de ideas, búsqueda de inspiración, correcciones posteriores, atención al detalle, búsqueda de información sobre aspectos legales… ¿Quieres escribir un libro sobre emprendimiento? Tal vez ese sea el sueño que lleves a cabo durante un año sabático.
8. Preparación para montar un negocio
Finalmente, un año sabático también puede alinearse con otra expectativa vinculada con el mundo emprendedor: montar un negocio. ¿Quieres dedicarte a planificar ese proyecto con el máximo detenimiento?
Si quieres prepararte para dar ese paso, y prefieres concentrarte en una meta exigente, disfruta de tu año sabático. Es importante que, cuando llegue el instante, vivas plenamente el presente. ¿Cómo te gustaría recordar ese periodo de tiempo después de cinco años? El futuro, como horizonte temporal, puede ayudarte todavía más a poner en perspectiva el significado de la decisión que has tomado.