El emprendimiento cuando es vocacional está vinculado con un estilo de vida. A continuación enumeramos cinco características habituales.
1. Flexible
El estilo de vida no está condicionado por horarios rígidos, sino que el calendario del emprendedor mantiene un alto nivel de flexibilidad para adaptarse a los cambios y atender situaciones de última hora.
2. Aprendizaje constante
Es otra de las características que identifica el estilo de vida emprendedor. El profesional está en contacto permanente con el saber por medio de la realización de cursos y talleres. Y aprende de forma autodidacta a través de la lectura de libros. La adquisición de nuevos conocimientos parte de la propia experiencia emprendedora. La toma de decisiones está acompañada por la reflexión que producen las consecuencias de los actos.
3. Dinámico
El emprendedor no permanece en su zona de confort, va más allá de la búsqueda de la seguridad constante. El estilo de vida es dinámico puesto que se integra en un contexto marcado por la incertidumbre, la innovación y los cambios.
4. Proactivo
Existen circunstancias externas que pueden ser favorables al éxito de una idea de negocio. Pero un emprendedor no queda a la espera de que sea el entorno el que propicie el triunfo. El estilo de vida es el reflejo de un comportamiento proactivo que nace de la búsqueda, el desarrollo de la autonomía y la toma de decisiones.
5. Felicidad profesional
El emprendimiento vocacional está directamente vinculado con la felicidad. El estilo de vida del emprendedor presenta dificultades y obstáculos que parecen más complejos cuando se perciben desde la perspectiva de aquel que no quiere seguir este camino en su carrera profesional. Por el contrario, el elevado nivel de motivación interna y el compromiso con el proyecto incrementan la resiliencia frente los desafíos del camino.
Estas son algunas de las características habituales que describen el estilo de vida de un emprendedor.