Existen empresas que son gestionadas por miembros de una misma familia. Esta medida tiene sus ventajas puesto que trabajar en un entorno de confianza es muy gratificante desde el punto de vista del bienestar de los trabajadores y de la productividad en la empresa, sin embargo, el paraíso de trabajar en familia no es idílico y también tiene sus puntos débiles.
Falta de comunicación
Si ya de por sí los problemas de comunicación son palpables en muchas familias, la situación se complica cuando a la relación personal con los distintos miembros se suma el vínculo profesional.
Las consecuencias de una conversación tenida en el contexto profesional pueden salpicar a la vida familiar por lo que existen trabajadores que se lo piensan dos veces antes de hacer una crítica, proponer una idea o confesar una decisión importante.
Dar por hecho que los hijos seguirán con el negocio
Las empresas familiares pueden ser una gran suerte para aquellos hijos que quieren seguir el camino que tomaron sus padres o también puede ser una cruz para aquellos hijos que han crecido en una familia cuyos padres dieron por hecho que ellos seguirían con el negocio familiar. Conviene recordar que cada persona es libre de elegir el camino que quiere tomar.
No delegar
Otro error habitual en las empresas familiares es el de no delegar en las nuevas generaciones ante la falta de confianza de que estén a la altura. Sin embargo, si los fundadores de una empresa familiar no dan la oportunidad a las nuevas generaciones de aprender de verdad el funcionamiento del negocio por dentro, no tendrán las competencias necesarias para gestionar dicho negocio en su ausencia. En muchas empresas existe un sistema paternalista que crea una estructura estática.
Falta de profesionalidad
Otro error posible en un negocio familiar es mantener en su puesto a un trabajador a pesar de su falta de competencia solo por la lealtad que produce ser miembro de una misma familia. El malestar que genera este tipo de situación en el equipo es muy negativo.
Dependencia del fundador
Todos los miembros de la empresa pueden depender tanto del fundador que en caso de que a éste le pase algo, la empresa puede llegar a desaparecer.