Existen acciones que reducen la distancia con las metas deseadas. Otros errores, por el contrario, la aumentan. En Empresariados compartimos cinco ejemplos habituales.
1. Permanecer enfocado en una única idea
Generalmente, la realidad presenta otras alternativas. Quizá un camino sea especialmente complejo. Pero no es el único itinerario que puedes descubrir para llegar hasta el punto final.
2. No establecer un orden de prioridades en las metas
Todo objetivo requiere de compromiso, dedicación y tiempo. Sin embargo, los minutos disponibles en tu agenda no son infinitos. Por ello, debes establecer un orden de prioridades para decidir a qué propósito quieres dedicar más espacio por tratarse de una cuestión más relevante. Un número extenso de metas eleva la atención dispersa.
3. Alimentar un discurso interior negativo
El deseo de recibir motivación y reconocimiento puede centrarse en alguien externo. Pero lo verdaderamente importante es que un profesional refuerce su propia implicación interna. Por ello, es recomendable que identifique aquellos mensajes negativos que se repite frecuentemente. El riesgo de esas creencias limitantes es que pueden llegar a vivirse como si fuesen realmente ciertas.
Recuerda que más allá de cualquier mensaje limitante, puedes impulsar otras ideas potenciadoras que elevan tu talento.
4. No contemplar los obstáculos en el plan de acción
En ocasiones, el nivel de motivación parece muy alto porque la persona ha idealizado la meta y la forma de llegar a ella. Pero es habitual que en todo plan de acción surjan obstáculos e imprevistos que pueden poner a prueba la implicación inicial.
5. No celebrar las pequeñas metas
El cumplimiento de un propósito importante merece una celebración consciente. Pero también conviene poner en valor otros retos que, aunque parezcan más sencillos, reducen la distancia con el punto final. Céntrate en las acciones de cada día y recuerda que tienen una conexión con el escenario que quieres alcanzar.