La facturación es uno de los procesos básicos de contabilidad que acompaña a la vida de una empresa. Existen distintos tipos de documentos que debes conocer en su esencia para hacer un uso correcto de cada medio. ¿Cuáles son los tipos de facturas más frecuentes?
Factura ordinaria
Es aquel documento que tiene un valor legal y que acredita una operación comercial por la compraventa de un producto o un servicio. En esta factura aparecen detallados todos los datos relevantes sobre esta acción. Contiene datos esenciales, por ejemplo, la fecha de emisión de la factura, la numeración, el concepto, el IVA y el IRPF, así como los datos identificativos del emisor y el receptor.
Factura electrónica
La factura electrónica se define por su formato digital. Tiene el mismo valor legal que el documento en papel. Su presencia es cada vez más notable en el ámbito de la empresa por todos los beneficios que ofrece. Por ejemplo, inmediatez en el envío y ahorro de espacio de almacenaje.
Factura rectificativa
Este es aquel tipo de documento en el que se especifica alguna información complementaria respecto del documento original. ¿Cuándo es posible emitir una factura de estas características? Por ejemplo, cuando el documento contiene algún dato incorrecto.
Factura recapitulativa
Este tipo de factura es aquella en la que en un mismo documento quedan acreditados los datos al agrupar facturas de un mismo destinatario redactadas en el plazo de un mes. Este tipo de facturación tiene como objetivo facilitar el ahorro de tiempo en la gestión de papeleos al agrupar en una factura única distintas operaciones.
Factura proforma
La factura proforma es un documento de compraventa que no tiene validez legal. Es un borrador que permite al destinatario conocer información sobre los datos de la factura original que recibirá posteriormente. Este documento se utiliza especialmente en el comercio internacional. Por tanto, este documento tiene un valor de información.