La motivación muchas veces, es extrínseca. Así sucede cuando recibes el reconocimiento ajeno. Sin embargo, cuando te conviertes en tu propio jefe también eres el responsable de alimentar tu motivación cada día. ¿Cómo puedes lograr el objetivo de automotivarte de una forma efectiva? En primer lugar, cuanto más presente tienes tu objetivo en mente, más sencillo te resulta apostar de verdad por esa meta.
Conviene encontrar el equilibrio entre la obsesión por el mañana y la indiferencia. Sin embargo, la visualización se utiliza como una forma de motivación para fomentar el optimismo. Ya que a través de la visualización imaginas cómo te sentirás en el momento que alcances tu proyecto.
Es fundamental evitar el aislamiento a la hora de cultivar la motivación. Por ello, debes permanecer integrado en una red social. Por ejemplo, merece la pena que participes en congresos, ferias de empleo, que realices cursos de formación, tengas contactos profesionales… Pero también, que tengas una buena calidad de vida en tu ámbito personal con inquietudes y relaciones gratificantes. De lo contrario, en caso de reducir tu vida al trabajo, se puede producir una gran frustración.
De hecho, el descanso también es clave a la hora de alimentar la motivación. Por ello, evita que las jornadas interminables se prolonguen un día tras otro. De una forma puntual puede ser aconsejable cuando tienes que resolver asuntos urgentes, sin embargo, de un modo constante resulta perjudicial.
Felicítate por tus logros y también, celébralos de verdad. Por ejemplo, puedes hacerte un regalo a ti mismo y comprarte algo que te gusta mucho. El principal logro que realizas como emprendedor es el de dar el primer paso, ya que ese es el que más cuesta. Por ello, debes sentirte satisfecho contigo mismo por tener la valentía de arriesgar y la madurez de compartir tu talento con los demás.