La decoración de la oficina puede ayudar a potenciar la concentración intelectual de profesional o por el contrario, ser un foco de distracción intelectual. Un despacho es un entorno de trabajo por lo que la decoración de esta estancia tiene que estar orientada a tal fin. ¿Cómo decorar el despacho de trabajo?
Mobiliario esencial sin recargar el espacio
Uno de los puntos más importantes es apostar por la sencillez de utilizar el mobiliario básico sin recargar el espacio. Es adecuado poner pocos muebles para que estos sean amplios y puedan ofrecerte el servicio que necesitas para guardar documentos y colocar los archivadores en la estantería correspondiente.
Un despacho que potencia la concentración en el trabajo es aquel que cuenta con una buena iluminación, poniendo una atención especial al escritorio. Puede que necesites una iluminación de refuerzo en tu mesa para trabajar con el ordenador sin forzar la visión. La luz natural siempre es mejor para trabajar.
De qué color pintar las paredes
Un despacho es un entorno de trabajo pero eso no significa que haya que renunciar a tener detalles personales en la oficina. De hecho, estos detalles personales, por ejemplo, fotografías familiares, un cuadro o una planta pueden ayudar a crear un clima emocional acogedor para quien pasa tantas horas en su trabajo.
El color de las paredes del despacho puede ser neutro para dar al mismo un toque de sobriedad. El color blanco es un tono clásico que aporta luminosidad y que no distrae la atención. Los colores blancos son los que mejor combinan con una decoración sobria. Desde el punto de vista de la cromoterapia conviene puntualizar que existen algunos colores que producen un efecto positivo concreto. Por ejemplo, el tono verde potencia la comunicación. Los tonos ocres o marrones ayudan a crear un espacio relajante y armónico. Juega con los colores en la decoración de la oficina para crear un espacio personalizado adaptado a tus gustos.