La situación de una empresa va más allá de su entorno inmediato. Aquello que ocurre a kilómetros de distancia puede afectar de algún modo a su realidad. En un mundo global, la visión del negocio requiere de un enfoque holístico. ¿Pero cómo poner el acento en la internacionalización?
1. Definición de objetivos de internacionalización
Como en cualquier otro campo del negocio, es recomendable definir la dirección de la estrategia a seguir. Y el plan de acción más eficaz es aquel que conduce al estado deseado. Un escenario acompañado por metas viables y realistas.
2. Análisis DAFO
El análisis DAFO es un ejercicio que permite profundizar en el contexto. Ofrece una lectura detallada sobre las debilidades, las amenazas, las fortalezas y las oportunidades del escenario actual. Una empresa puede mirar al pasado para integrarla en su historia corporativa. Pero debe enfocarse en el presente y en el futuro. Y cuando el contexto se transforma, surgen nuevas necesidades. Por ejemplo, conviene dejar atrás aquellos procesos que han quedado obsoletos.
3. Contratar a profesionales con una visión global
Es posible sumar nuevos perfiles al equipo para incorporar el talento de profesionales que ya poseen una experiencia de trabajo internacional. Expertos que llevan su ilusión, perspectiva, aprendizaje y visión al proyecto al que se incorporan. Y, por otra parte, la entidad puede acompañar a quienes forman parte de la organización para que avancen en el proceso de sumar nuevas habilidades, competencias y fuentes de inspiración.
4. Conexión con lo local
La visión global no deja en un segundo plano aquello que ocurre en el entorno local. La empresa puede desarrollar iniciativas que producen una huella positiva en el horizonte inmediato. La conexión entre lo concreto y lo general es constante.
5. Conocimiento de nuevos mercados
La inversión y el análisis ofrecen información de valor para conocer las necesidades del público objetivo. El contexto cultural también influye en el comportamiento y en las expectativas del consumidor.