Existen momentos especiales que son más propicios para la sorpresa de un regalo corporativo, por ejemplo, en Navidad, el cumpleaños, en la consecución de un éxito profesional o en un momento de celebración. Sin embargo, los regalos corporativos están presentes en la rutina cotidiana de la empresa. Por ejemplo, al organizar un curso de formación para los trabajadores es posible ofrecer material con el logo de la empresa a los asistentes. Existen regalos corporativos muy típicos, por ejemplo, un calendario o un bolígrafo. Sin embargo, al igual que en cualquier tipo de regalo, la clave del éxito al hacer un obsequio a un trabajador o un proveedor es la personalización. Es decir, intentar elegir un detalle que realmente le guste.
Cómo elegir el regalo
Los regalos corporativos también pueden ser bienes no tangibles en la forma de un regalo material. Por ejemplo, el premio de un día libre tras haber trabajado duro por un proyecto determinado.
Aunque actualmente existe la fórmula de la tarjeta regalo conviene evitarla ya que transmite la sensación de un obsequio totalmente impersonal. En un regalo corporativo la marca del logo no solo puede aparecer visible en el producto, algunas empresas deciden que esté presente en el packaging, es decir, en el envoltorio externo. De hecho, el envoltorio muestra la importancia de esa primera impresión.
Para crear una experiencia de sorpresa en el destinatario del regalo no solo es importante elegir la sorpresa sino también, elegir el momento. Por ejemplo, en una comida de negocios. Existen dos criterios importantes en un regalo corporativo: debe ser práctico y debe tener calidad.
Beneficios de los regalos corporativos
A través de estos detalles, los trabajadores se sienten cuidados por la organización. Estas sorpresas elevan el sueldo emocional de los trabajadores creando un vínculo emocional con la organización de la que forman parte.