Aunque hay trabajos que se tienen que hacer de forma individual, siempre hay algún momento en la empresa en el que hay que realizar alguna labor en equipo. No obstante, a pesar de que se lleven a cabo trabajos individuales, siempre es importante que la empresa sea un equipo y no un grupo de personas con el fin de que se puedan prestar apoyo y conseguir objetivos que redunden en beneficio de todos.
En esta misión, el jefe tiene un papel importante para lograr formar un equipo y que sus integrantes se sientan como tales y no como un mero grupo de personas que acuden a trabajar a una determinada hora y permanecen en la empresa un tiempo concreto.
Claves para un equipo
Una de las claves es la motivación para que las personas puedan cumplir los objetivos. Además, también hay que tener en cuenta que el liderazgo en este caso debe ser compartido por lo que los jefes muy autoritarios o que no saben delegar y están todo el día controlando a los trabajadores no tienen sentido y no son la mejor opción para formar equipo de trabajo.
De esta manera, es muy importante que haya una responsabilidad grupal compartida, pero también individual. Es decir, cada persona debe ser consciente de la propia responsabilidad que tiene en la labor que realiza, pero también con el resto del trabajo que se realice en la empresa porque debe verse como un todo.
Muy importante es que haya comunicación entre los miembros que integren un equipo porque tienen que discutir los diferentes problemas o trabajos a realizar con el fin de aportar su visión y poner en marcha las mejores ideas en todo momento.
Es vital que todo el mundo se sienta escuchado y que siempre se argumente por qué se eligen unas ideas en lugar de otras para que nadie se sienta menospreciado. Además, hay que motivar para que los miembros del equipo sigan aportando y no cesen de hacerlo porque una de sus iniciativas no haya sido aceptada.
Y no hay que olvidarse tampoco de que la medición del trabajo tiene que realizarse de forma conjunta y global porque para eso se es un equipo.