Las herramientas visuales son muy importantes en la empresa. Por ejemplo, las infografías o los vídeos. El árbol de problemas es otro de los recursos que destaca precisamente por un esquema con tres partes principales: la raíz, el tronco y las ramas. Las dificultades y los problemas pueden interferir en el curso de los acontecimientos hasta el punto de obstaculizar el logro de una meta. Por ello, el árbol de problemas simplifica esta información al clarificar estos nudos. Esta es una herramienta práctica que potencia la comunicación en el trabajo en equipo. ¿Cómo hacer un árbol de problemas?
Descripción de la situación
¿Qué está ocurriendo? ¿En qué forma se manifiesta el problema? ¿Cómo está condicionado este problema el escenario actual? ¿Cuál es la causa o motivos que lo están provocando? ¿Y qué efectos plantean estos problemas?
Este puede ser un ejercicio de equipo en el que estén presentes aquellos actores principales que estén implicados en la solución del problema. Los distintos puntos de vista pueden clarificar prioridades y añadir luz. Este trabajo en colaboración permite desglosar un problema mayor en apartados más pequeños.
Cuál es el problema principal
Este árbol de problemas es fundamental para identificar cuál es el problema central que requiere una solución. Conviene profundizar en la realidad misma desde la perspectiva de causas y consecuencias que tienen una conexión en cadena. Las causas del problema central se encuentran en la raíz, mientras que el problema mismo está representado de manera visual en la zona del tronco de este árbol. Y en la zona de las ramas se encuentran las consecuencias de aquello que está ocurriendo. Mediante el ejemplo de este árbol es posible observar el problema en la dimensión integral de su origen y efectos.
Este diagnóstico de la situación ayuda a los protagonistas a clarificar qué ocurre pudiendo encontrar soluciones enfocadas en la consecución de nuevos objetivos.