La implicación del equipo es clave en la resolución de conflictos, en el cumplimiento de plazos, en la toma de decisiones y en otros muchos aspectos que influyen directamente en la productividad de la empresa. Aunque la implicación es una expectativa posible, existen múltiples factores que interfieren en esta cuestión. Por ejemplo, un clima negativo en la empresa, el aburrimiento o la falta de reconocimiento. ¿Cómo potenciar la implicación del equipo en el trabajo diario?
1. Su opinión es importante
Tener en cuenta el punto de vista de un colaborador ante el reto de una decisión exigente, no significa que su propuesta deba llevarse a cabo de forma definitiva. Quizá sea inviable en la práctica o sea mejor adoptar otra medida más efectiva. Sin embargo, es importante que los colaboradores se sientan verdaderamente cuidados por el entorno en el que participan. Es decir, es recomendable que experimenten el acompañamiento que aporta la escucha atenta.
2. Diferentes tipos de reuniones
Existen distintos tipos de reuniones en el trabajo en equipo: cada sesión tiene un enfoque específico y se alinea con un objetivo. Las reuniones de seguimiento, los encuentros creativos o las conservaciones que se integran a primera hora de la mañana son solo algunas de las propuestas que fomentan la implicación del grupo que participa en un proyecto. Los diferentes tipos de reuniones ofrecen herramientas prácticas para fortalecer el diálogo siempre que se programan con una finalidad.
3. Momentos compartidos y espacios individuales
La visión del equipo gira en torno al significado pleno de la palabra nosotros (que se alinea con la pertenencia, la colaboración y la integración). Sin embargo, no solo es posible potenciar la implicación del equipo a través de reuniones de grupo, sino también por medio de espacios individuales. Es decir, el líder puede mantener conversaciones significativas con cada uno de los colaboradores para conocer sus dificultades, sus expectativas, sus fortalezas, su evolución en el proyecto…
4. Trabajar desde el marco de la alianza
El cambio es constante en el ámbito empresarial. En consecuencia, la labor de los colaboradores se enmarca en un horizonte que avanza al ritmo de la incertidumbre. ¿Cómo encontrar una referencia clara en un contexto que cambia a tanta velocidad? La alianza es el acuerdo que establece un equipo de trabajo para determinar sus directrices principales.
Por ello, conviene volver a conectar con los puntos acordados en la fase de construcción de la alianza cuando surgen dudas en torno a qué hacer en una situación en concreto. Es posible que ese marco de referencia común aporte las respuestas clave para seguir avanzando.
5. Liderazgo presente
El líder no es el centro en el trabajo en equipo. Sin embargo, su papel sí es muy importante porque puede marcar una diferencia positiva en la implicación del equipo cuando él mismo muestra su cercanía a través de un liderazgo presente. Su forma de influencia se aleja del esquema opuesto: el líder ausente, aquel que resulta un auténtico desconocido para los colaboradores.
6. Protocolo de bienvenida para recibir a un nuevo empleado
Los cambios también forman parte de la estructura de un equipo en sí mismo. Cuando se produce una nueva incorporación, todo el sistema evoluciona en su conjunto. ¿Cómo dar la bienvenida a los nuevos empleados y acompañar al grupo en la gestión del cambio? La entidad puede contar con un protocolo práctico adaptado a las necesidades de ese contexto.
¿Cómo potenciar la implicación del equipo en el trabajo diario para seguir avanzando en la consecución de objetivos a largo plazo? A través de una filosofía de empresa que pone el acento en la protección del talento y en el desarrollo profesional de las personas.