Hablar en público es una de las habilidades más importantes que tiene que desarrollar un emprendedor. Una buena oratoria forma parte de la comunicación eficaz de empresa. ¿Cómo preparar una exposición oral para una reunión importante y hablar en público con seguridad en ti mismo?
Consejos para alcanzar el objetivo
En primer lugar, tienes que partir de la autoconfianza que surge de estar seguro de aquello que dices. Por tanto, es muy importante que utilices las palabras y el tono que a ti te haga sentir cómodo porque cuando conectas con la esencia de tu discurso también transmites más confianza.
Reconocer al auditorio es muy importante para poder dirigirte a él de una forma más efectiva y generar empatía. Una de las claves del éxito de una buena exposición en público es facilitar la participación por parte de los oyentes.
Una buena exposición es aquella en la que tienes en cuenta que tan importante es el inicio como el cierre. Además, cumple con unos objetivos marcados previamente. Transmites naturalidad en tus palabras, en ese caso, recuerda que solo se comunica de verdad desde la cercanía.
Recursos de apoyo
Para preparar una buena exposición también puedes utilizar material de apoyo. Por ejempo, puedes utilizar imágenes, ejemplos, hechos y noticias de actualidad que pueden ser un punto de conexión con el contenido de tu charla.
También es muy importante cuidar el valor estético de los materiales de apoyo de una exposición en público. Una buena imagen, por ejemplo, tiene un gran valor. Estos materiales de apoyo deben ser un punto guía en la exposición, es decir, es muy importante que la persona se ciña al contenido para ajustarse también al tiempo.
Errores a evitar
Existen errores posibles que conviene evitar. Por ejemplo, es muy importante evitar la falta de planificación en el discurso: la improvisación en una charla importante debe de reducirse a momentos puntuales. Solo un gran orador es capaz de improvisar con éxito una exposición importante. Evita extenderte demasiado en tus palabras porque es un riesgo que los oyentes se aburran.
El contenido tiene que tener un orden, es decir, partir de un esquema que sirva a modo de guía. La falta de orden produce falta de coherencia en la exposición.
Aspectos a tener en cuenta
Analiza cuál es el mensaje que quieres transmitir. Puedes concretar tres ideas principales. Piensa también en qué imagen quieres proyectar ante tu auditorio para ajustar tu lenguaje corporal a tu marca personal. Elige el día y la hora más conveniente para llevar a cabo esa presentación en público porque los tiempos también pueden ser determinantes.
Tan importante es el contenido de la exposición como el título o el asunto de la misma. Por tanto, dedica tiempo a pensar en este aspecto y no lo dejes en un segundo plano. Modula tu voz para evitar la sensación de monotonía, lee primero mentalmente aquello que vas a decir después para ganar seguridad en tus palabras. Es un proceso rápido y automático.
Cierra tu exposición con un pequeño resumen de lo expuesto, por eso, puedes utilizar tres frases a modo de conclusión. También puedes cerrar tu discurso utilizando un pensamiento de un autor célebre cuyo pensamiento invite a la reflexión. Es una buena fórmula para no causar indiferencia. Ensaya tu exposición tantas veces como necesites hasta sentirte seguro. Lo recomendable es que también ensayes aunque sea una vez en el lugar en el que vas a impartir tu charla para posicionarte en el lugar y visualizarte a ti mismo en el momento oportuno. Ensayar en el lugar en el que darás tu charla también es una buena técnica para relajarte.