La gestión del tiempo es fundamental tanto en la vida privada como en el trabajo para poder sacar el máximo partido al tiempo que se le dedica. Pero optimizar este tiempo no siempre es fácil. Por ello es conveniente seguir una serie de consejos.
El principal es la organización. Y es que, si se organiza la jornada laboral, el tiempo de trabajo se hace más ameno, además de poder realizar las tareas con mayor fluidez y sacar el trabajo delante de forma más eficaz, evitando de esta manera que se amontonen las labores a realizar y pudiendo terminar a la hora que permita disfrutar de la vida privada sin pensar en todo lo que ha quedado para hacer y en el día que se va a tener mañana. Además, hay una ventaja. Y es que los trabajadores que no hacen horas extra porque han terminado sus labores tienen un mejor estado anímico.
Una organización en la que es clave establecer un orden de prioridades en función de determinados factores como la urgencia o la importancia de las tareas que se tienen que realizar, entre otros aspectos que pueden tenerse en cuenta. Y básico es no empezar una tarea antes de haber acabado otra porque en este caso finalmente se tiende a no terminar ninguna.
Además de la organización igualmente es importante la actitud a adoptar. En este sentido, es fundamental mantener la mente positiva para lo que, por ejemplo, en el camino de ida al trabajo se puede oír música, leer o cualquier otra actividad que permita recargar las pilas por la mañana y que tenga un efecto beneficioso sobre la mente.
El espacio de trabajo también es clave. La pauta es tenerlo muy bien organizado y con todos los materiales, documentos… que se vayan a utilizar a mano para no tener que perder tiempo en buscarlos, aparte de evitar que se extravíen.
En la organización del trabajo, las nuevas tecnologías pueden ayudar, ya que tienden a facilitar el trabajo. En este sentido es importante conocer las posibilidades que ofrecen y cómo pueden aplicarse al trabajo que hay que realizar.
Y, por supuesto, en los casos en los que la tarea a realizar sea muy urgente, hay que evitar las interrupciones de compañeros, haciéndoles saber la premura del trabajo que se está realizando y dejando la conversación para cuando se haya acabado.
Y un último consejo muy útil es levantarse del puesto de trabajo entre tarea y tarea para poder despejar la mente. Un momento que se puede aprovechar para beber agua, tomar algo o bien hablar con los compañeros. Con esta pausa ya se está listo de nuevo para iniciar nuevas tareas.