El emprendedor no nace, sino que se hace. De este modo, aprende a base de ensayo y error, mejora con el paso del tiempo, descubre sus fortalezas y sus competencias en la práctica. Sin embargo, existen algunas cosas que nunca debes hacer como emprendedor. En primer lugar, nunca debes caer en un exceso de confianza y pensar que el éxito es rápido. De hecho, en un momento de crisis económica, aprender a esperar es más que necesario. Por ello, ten paciencia y sigue trabajando.
No tener un plan de acción adecuado a los objetivos. En muchas ocasiones, dicho plan no existe, sencillamente, porque el emprendedor vive el día a día sin marcarse unas metas. Las metas son la dirección, el punto de llegada hacia el que caminar que sirven de punto de orientación. Aquel que actúa de este modo, no es profesional, es decir, no asume su rol como emprendedor. Por ello, algo que siempre debes recordar es que ser emprendedor implica ser tu propio jefe, tener capacidad de asumir riesgos y responsabilidades.
Algo que tampoco debe hacer un emprendedor es postergar para mañana aquello que puede hacer hoy. Cuanto más se postergan las decisiones más pereza y miedo da tomarlas. Por ello, da lo mejor de ti mismo cada día, reduce el miedo irracional, deja de lado las preocupaciones para ocuparte de los problemas en el momento justo.
Un emprendedor tampoco debe perder de vista la importancia que tiene el marketing en la empresa y la atención al cliente. Por ello, debe tener una visión global de su propio negocio ya que el fracaso puede llegar por no prestar toda la importancia que merece el conjunto de la empresa. Un emprendedor tampoco debe descuidar las relaciones sociales que vienen marcadas por los contactos de trabajo. Contactos que abren nuevas puertas, por ello, en caso de perderlos, dichas puertas, se cierran.