Es posible confundir términos que parecen semejantes, sin embargo, son diferentes. Este es el caso, por ejemplo, de actividad empresarial y profesional. Términos distintos en su naturaleza esencial. ¿Cuáles son las diferencias de ambos términos? Conviene clarificar ambos conceptos puesto que, dependiendo del tipo de proyecto que quiere materializarse, la forma de la actividad será una u otra. En Empresariados reflexionamos sobre esta cuestión.
Qué es la actividad profesional
Este concepto hace referencia a la preparación académica de aquel experto que se predispone en la práctica de un itinerario especializado para el que se ha formado en el mercado de trabajo. Es decir, la persona obtiene una productividad económica a partir de su oficio, su formación o su titulación. Un ejemplo de figura que realiza este tipo de actividad es el autónomo profesional.
Qué es la actividad empresarial
En oposición al punto anterior, en este caso prevalece la visión empresarial en la acción misma. Por tanto, existe un organigrama de empresa a partir de la estructura misma del tipo de negocio que está integrado por una plantilla.
Si te encuentras en el inicio de tu carrera, es recomendable que solicites información personalizada para concretar el tipo de actividad que mejor se ajusta a tu caso. Ambas formas también tienen diferencias fiscales para los autónomos empresarios y los autónomos profesionales (un dato que depende del tipo de actividad económica).
Una persona puede empezar realizando una actividad profesional y decidir en otro momento realizar una misión empresarial. Por ejemplo, un profesor particular que imparte clases de inglés a domicilio decide montar una academia de idiomas en otro momento posterior. La estructura misma de la actividad cambia porque en este segundo caso es necesario un soporte distinto para sacar adelante el proyecto a partir de un plan de acción que produce un rendimiento empresarial.