Muchos profesionales son autónomos. Sin embargo, dentro de este colectivo profesional descrito a nivel general existen características particulares a nivel concreto. En Empresariados describimos cuatro tipos de autónomos.
Trabajadores autónomos
Personas que han dado forma a una idea de negocio materializada en un comercio propio. Son personas que en muchos casos no tienen personal contratado en plantilla y se ocupan a tiempo completo de gestionar su tienda. El comercio tradicional que tanto revitaliza el centro de ciudades y pueblos está gestionado en su mayoría por trabajadores autónomos que decidieron poner en marcha un proyecto de autoempleo.
Freelance
Profesionales que ofrecen sus servicios a clientes interesados en este catálogo de propuestas. A través de esta modalidad de empleo, la persona que ejerce una profesión liberal cotiza como autónomo y presenta las facturas correspondientes a sus clientes por los encargos realizados. El freelance trabaja por cuenta propia y participa en distintos proyectos.
Autónomo económicamente dependiente
Las características de un profesional que trabaja bajo esta modalidad de colaboración factura, principalmente, para un solo cliente. Al menos el 75% de los ingresos proceden de esta fuente de trabajo. La relación profesional entre ambas partes del acuerdo debe quedar acreditada correctamente por medio de un contrato en el que constan todos los datos. Las siglas TRADE hacen referencia a esta modalidad de trabajador económicamente dependiente.
Autónomos del Régimen Especial Agrario
Aquellos profesionales que trabajan en el sector agrario se contextualizan en este tipo de autónomos. Aquellos profesionales que tienen en propiedad una zona agraria y trabajan en ella obteniendo un rendimiento económico de su actividad. Pueden contar en el equipo con personal por cuenta ajena que colabora en la actividad.
Estos cuatro tipos de autónomos son diferentes entre sí pero con la esencia común que define al empleo autónomo. Perfiles que realizan una actividad económica por cuenta propia.