El coworking simplifica el acceso a un espacio profesional que está perfectamente equipado con los recursos esenciales. La elección de un entorno colaborativo debe tener en cuenta las propias necesidades profesionales. Con frecuencia, se convierte en una buena alternativa para comenzar el incierto proceso del emprendimiento. Por ello, es una fórmula que triunfa entre emprendedores y autónomos. Sin embargo, también puede llegar un momento en el que, tras haber experimentado las ventajas y beneficios que proporciona la idea descrita, deje de adaptarse plenamente a la realidad del profesional. ¿Cuándo dejar de trabajar en un coworking si eres autónomo o emprendedor?
1. Cuando quieres tener un espacio propio para recibir a los clientes y proveedores
Las instalaciones del coworking están equipadas con zonas compartidas y espacios diferenciados. Una oficina atractiva influye en la imagen del proyecto y en la marca personal. Y el coworking ha logrado una gran proyección porque dispone de los recursos necesarios para dar los primeros pasos en el emprendimiento. Sin embargo, puede que llegue un momento en el que tomes conciencia de que el entorno está limitando de algún modo tu propio crecimiento. Es decir, quizá quieras tener un espacio propio para recibir a clientes y proveedores.
2. Quieres incrementar la privacidad en el horario de trabajo
¿Cómo proteger la información sobre un proyecto? Existen diferentes medidas que un profesional puede potenciar para lograr ese objetivo. La elección del propio entorno de trabajo influye puesto que el coworking está integrado por perfiles diferentes. De este modo, surge un escenario muy creativo en el que se forman alianzas y nuevas fuentes de inspiración.
Sin embargo, si más allá de las ventajas específicas del coworking, quieres potenciar la privacidad en el horario de trabajo, no es la alternativa que más se adapta a tu realidad. Por ejemplo, quizá quieras mantener una llamada de teléfono en un escenario en el que no hay otras personas que pueden escuchar algún dato relevante.
3. La distracciones del entorno afectan a tu nivel de concentración
La productividad y los resultados son relevantes en el trabajo realizado. En cualquier entorno surgen posibles distracciones. Sin embargo, una de las desventajas del coworking es que enmarca numerosos estímulos que pueden convertirse en interrupciones y ladrones de tiempo.
No todos los emprendedores o autónomos se sienten plenamente cómodos y motivados al trabajar en un coworking. Hay que tener en cuenta que no siempre es fácil mantener un alto nivel de concentración.
4. El horario del coworking no se adapta plenamente a tus necesidades
El horario de apertura de un coworking puede ser muy amplio, sin embargo, tiene un inicio y un cierre perfectamente establecidos. Es decir, el desarrollo de la jornada debe integrarse en ese espacio de tiempo. Y, aunque ofrece un alto nivel de flexibilidad, tal vez no se adapte plenamente a lo que necesitas en periodos concretos del calendario.
Antes de decidir definitivamente que ha llegado el momento de dejar de trabajar en un coworking, es recomendable que compares diferentes espacios (porque hay una variada oferta, especialmente, en las ciudades).
5. No te sientes cómodo al compartir un espacio con otros profesionales
Compartir un espacio aporta ventajas, aunque también supone hacer frente a otros inconvenientes. Cuando experimentas un alto nivel de incomodidad en la interacción con el entorno, es recomendable dejar de trabajar en un coworking para tener un despacho propio para recibir a los clientes, organizar reuniones de trabajo y afrontar nuevos retos.
¿Cuándo dejar de trabajar en un coworking si eres un emprendedor o un autónomo? Cuando llegue ese instante, te darás cuenta de que es el momento oportuno para dar el paso para crecer, avanzar y evolucionar.