Cada vez existen más recursos de formación con los que los empresarios, emprendedores, autónomos y trabajadores pueden actualizar su formación. La formación online se convierte en una opción preferente para muchas personas por la ventaja de la gestión del tiempo. Sin embargo, este medio no siempre se ajusta a las expectativas de todas las personas. ¿Cuándo es mejor priorizar la formación presencial frente a la online?
Cuando tienes experiencias negativas en formación online
Algunas personas afirman con claridad que se sienten más motivadas en el concepto tradicional de enseñanza en donde el alumno acude cada día a clase a una hora determinada.
Desde esta perspectiva, algunas personas han tenido una experiencia negativa con la formación online, no por el tipo de enseñanza en sí mismo, sino por la propia dificultad para seguir este método con motivación, autonomía e iniciativa. En este caso, el nivel de dificultad aumenta a partir de la duración del programa.
Quieres desconectar de las tecnologías
Muchos trabajadores pasan gran parte de su jornada laboral en contacto con el ordenador. Aunque en la formación presencial también es posible integrar el uso de estas herramientas tecnológicas, la dinámica presencial de las clases puede ser un punto de inflexión con el que desconectar del propio estrés tecnológico.
Trabajas desde casa
No es la opción dominante, sin embargo, cada vez es ser menos extraño que alguien pueda realizar sus funciones desde su hogar. Uno de los riesgos del teletrabajo es la tendencia al aislamiento y la soledad. En ese caso, la formación presencial se convierte en un medio para complementar la propia agenda profesional en torno a este ámbito de socialización.
Cuando no tienes compañeros de trabajo con quienes compartir la hora del café, la formación presencial puede darte la oportunidad de practicar este concepto de compañerismo en ese lugar.