La innovación es un ingrediente positivo y deseable en el ámbito de los negocios, sin embargo, como cualquier objetivo también es vulnerable de error. ¿Cuáles son los más frecuentes en el ámbito de la innovación?
Priorizar la tecnología
Para muchas empresas, la innovación es sinónimo de inversión en el plano tecnológico como si no hubiese otros planos de realidad que también pueden tener un giro distinto. Por ejemplo, el marketing o la atención al cliente.
Pensamiento creativo
La innovación parte, de manera inevitable, de un presupuesto destinado a cubrir los gastos derivados de esta acción. Pero existe una inversión que va más allá de lo económico y comienza en el pensamiento creativo. Sin embargo, la mala gestión de los recursos humanos puede condicionar el potencial del ingenio en el equipo. En realidad, por perfecta que sea la tecnología nunca puede eclipsar el potencial humano para quien sabe apreciarlo realmente.
Comparación negativa
Las pequeñas empresas, por ejemplo, se comparan con las grandes entidades y consideran que al no tener tantos recursos no pueden competir en innovación. Esta fórmula de comparación negativa posiciona al pequeño comercio en una situación de desigualdad cuando, en realidad, la innovación siempre debe partir de la individualidad de las características de cada entidad.
En ciertos aspectos, el contexto presente iguala a los pequeños con los grandes negocios en cuanto a posibilidades de innovación se refiere. Por ejemplo, la integración de un sistema ERP.
Falta de dirección
Para optimizar los recursos en el proceso de innovación es determinante concretar la meta. El error de algunos negocios es no establecer metas a corto plazo o definir una dirección poco realista que boicotea de entrada el principio de evolución.
Por ejemplo, es frecuente emprender acciones de manera discontinua en lugar de observar la innovación como un bloque general que afecta a todas las áreas de la empresa.