La exigencia es una de las características que describe el entorno laboral actual. Ante tanta exigencia, todo resulta efímero. Un logro nuevo parece tener fecha de caducidad ante la necesidad de conquistar nuevos propósitos. Sin embargo, la memoria de cada logro debería estar más presente. ¿Qué errores te impiden apreciar tus metas?
Falta de contexto
Tus logros no solo tienen valor en relación con la mirada de futuro cuando analizas cuál es la distancia que te separa de un punto determinado. Intenta hacer balance por medio de la conexión con el pasado. Observa los pasos que has ido dando y el camino que has realizado. Este proceso de evolución y crecimiento es una manifestación de éxito objetivo.
Falta de realismo
Los mensajes de autoayuda y optimismo también deben estar ajustados a la realidad. En su camino hacia la etapa adulta una persona también ajusta sus metas profesionales a cuestiones observables como las circunstancias externas que crean un escenario directo de acción. Tú puedes crear nuevas circunstancias por medio de tu iniciativa, pero siempre partiendo de la propia vida. Y, la realidad, también marca sus ritmos. Por ejemplo, existen éxitos que se hacen esperar más de lo que uno mismo desea o llegan de un modo distinto al esperado.
Comparación con los demás
Esta posibilidad de comparación profesional es más habitual en un momento en el que tantas personas comparten su mejor versión a través de sus redes sociales profesionales. Sin embargo, ningún ser humano se reduce a los datos de su currículum, ni tampoco sus circunstancias han sido las mismas. Cuida tu marca personal intentando realizar la mejor gestión de los recursos existentes.
Perfeccionismo
El deseo de superación personal es un aliciente de motivación, sin embargo, el perfeccionismo te hace sentir que nada es suficiente porque la sensación de carencia es inherente a este estado de ánimo.