En tiempos de crisis económica, de pesimismo generalizado y frustración, un candidato positivo que tiene fe en sí mismo, ganas e ilusión tiene un carisma que aporta luz a todo el entorno. El pensamiento positivo simboliza la fuerza y la esperanza de apostar por un sueño. Desarrollar este optimismo, en los tiempos que corren, no es nada sencillo porque cualquier persona es vulnerable de dejarse llevar por la corriente de los pensamientos catastróficos. ¿Cómo convertir el optimismo en tu mejor marca personal?
Tienes mucho que ganar
No tienes nada que perder por ser optimista, al revés, tienes mucho que ganar: salud física y emocional, menos preocupaciones, más proactividad y una dirección clara en tu vida. El pesimismo agota y el cansancio se nota en tu rostro a través de rasgos de tristeza que son imposibles de disimular. La sonrisa va generando en ti una imagen de energía positiva porque aquello que das vuelve a ti. Por ello, la sonrisa te ayuda a mostrar una buena imagen en una entrevista de trabajo, en una reunión profesional o en cualquier ámbito laboral.
Razones para entrenar el optimismo
Existen diferentes razones para entrenar el optimismo. En primer lugar, cuando piensas en positivo te ves con mejores ojos a ti mismo. Y esa imagen, te ayuda a potenciar mucho más tu talento, reflejas más seguridad en ti y te centras en todo lo bueno que hay en ti. Por el contrario, cuando entras en la rueda del pensamiento negativo te dices a ti mismo frases desmotivantes del tipo: «no puedo», «no soy capaz».
El optimismo es una medicina natural que no tiene ningún tipo de efecto secundario en tu salud. La forma en la que interpretas la realidad puede ser clave en el camino hacia el éxito porque los ganadores ven una oportunidad en una amenaza y los perdedores, una excusa para quejarse en cualquier situación adversa. No te dejes llevar por la corriente, tú eres el guía de tu vida.