El sector del entretenimiento ofrece un sinfín de opciones de juegos, desde aquellos que pueden jugarse de manera individual a aquellos otros que se deben jugar de manera colectiva. Y, obviamente, están los juegos para dos, sencillos y apasionantes. Más allá del tipo de modalidad de los juegos, éstos se presentan en diferentes variantes, desde aquellos que son más tradicionales, los juegos de mesa, a aquellos que son más tecnológicos, los juegos más digitales que suelen atraer a los más jóvenes. Asimismo, en cualquiera de sus aceptaciones, los juegos representan virtudes más allá del entretenimiento, como sucede en muchas empresas, cuyos departamentos de gestión de personas recurren a estas opciones como vía de hacer equipo entre todos los empleados.
Los juegos son símbolo de ocio, de divertirse, de competir, de aprender y de todas aquellas virtudes que confluyen en un claro aprendizaje, bien sea de conocimientos o de habilidades. Nos referimos a los juegos de mesa, o los juegos de dados, o los juegos con naipes, o más recientemente a los videojuegos e incluso, ya en estos tiempos, a los juegos con realidad virtual, pensados para hacer disfrutar en su máxima expresión a todos aquellos que se adentran en las opciones de ocio de estas tecnologías. Y dentro de esta considerable variedad de juegos nos encontramos aquellos que representan a una determinada temática, como esos juegos de rol o de guerra que tuvieron sus momentos de gran apogeo durante unos años. Los juegos, en definitiva, ayudan a crear equipo, a hacer amigos, y eso lo saben y ponen en practica muchas empresas.
Bien es cierto que este tipo de actividades que se desarrollan en la empresa no siempre son bien acogidas por algunos de los empleados, más reacios a participar en este tipo de juegos; ¿La razón? Quizá esté en ese lado de cierta vergüenza y timidez que todos portamos. O, en otras ocasiones, porque las personas encargadas de organizar estas tareas grupales no consiguen trasmitir bien la razón de estos juegos. El objetivo que buscan las empresas, más allá de la razón habitual de crear equipo y que los empleados de diferentes áreas se conozcan (lo que puede desembocar en relaciones laborales de proyectos), está en fomentar la creatividad de los empleados; el ayudarles a tomar las decisiones adecuadas en momentos de máxima tensión; a saber cómo comunicarse de manera efectiva e incluso a modificar su forma de pensar, de divertirse y de colaborar en conjunto a la hora de emprender un determinado proyecto, especialmente ahora que hay una cierta distancia con motivo del teletrabajo.
La teoría es perfecta, pero falta por ponerlo en práctica, la parte siempre más complicada de todo proyecto. Si usted se encarga de este departamento, o empieza a emprender y desea formar equipo y generar todas esas habilidades en sus trabajadores, profundizaremos en algunos de los juegos más habituales en las empresas. Y sí, no caeremos en recurrir al famoso Escape Room, un de los juegos más especializados en esta materia, y ampliamente conocido. A lo largo de las siguientes líneas nos centraremos en juegos para pequeños grupos, lo que propicia la mezcla de empleados de diferentes áreas y departamentos. El ‘juego de las especialidades’ es uno de los más conocidos y divertidos. El motivo se encuentra en que cada persona que participe deberá dar a conocer qué objeto porta (dado al azar, claro), qué significa y para qué se usa. La clave de este juego está en que no podrá articular palabra y deberá explotar todos sus recursos expresivos. Las risas están aseguradas; y la creatividad es la razón de ser de esta propuesta.
Después de los juegos, hacer un seguimiento
Actualmente, las reuniones están a la orden del día. Las ideas deben fluir en ellas, con la consiguiente cascada de ideas. Para ello, los participantes ofrezcan de manera rápida, casi sin pensar, qué espera aportar a una determinada reunión (sobre un tema ficticio) y no esperar a las conclusiones que se deriven de las ideas de otros. El propósito se encuentra en impulsar la creación de ideas innovadoras y productivas. O también, otro juego interesante, es el conocido como ‘Juego de ganador y perdedor’, que a diferencia del anterior, el llamado ‘juego de los objetivos’, busca convertir las experiencias negativas en positivas, en donde los empleados deben encontrar el lado positivo en una situación nada favorable. Es una forma de darle la vuelta a una situación contraria a los intereses de uno.
Al comienzo del texto, hablábamos de juegos para dos y el denominado ‘campo de minas’ es uno de los juegos más habituales entre trabajadores de una empresa. El motivo se encuentra en que es una propuesta para generar confianza entre los compañeros, algo esencial a la hora de contribuir conjuntamente a un determinado proyecto. En este juego hay que formar parejas y una de ellas será vendada en los ojos, con el objetivo de dejarse guiar por el compañero mientras solventan un recorrido con pequeños obstáculos, sin peligro para su integridad. Menos enérgico es el conocido como ‘juego del puzle’, en donde se forman varios equipos, de cuatro o cinco personas como máximo, y cuya misión será coordinarse y trabajar en equipo para completar un puzle en el menor tiempo posible. La organización es otro de los elementos a fomentar en este tipo de juegos.
Por supuesto, que hay otras muchas opciones, e incluso pueden recurrirse a juegos temáticos o más centrados en la actividad que se desarrolla en la empresa. El objetivo de estos juegos será, asimismo, hacerlo durante un par de ocasiones durante el ejercicio anual de trabajo. Finalmente, los expertos recomiendan que, una vez concluidas estas sesiones de juegos, se realice una especie de comida o entrega de ciertos obsequios de recuerdos de una jornada de confraternización entre todos los trabajadores de la empresa. Y, obviamente, en el caso del departamento encargado de organizar estas sesiones continuará con su trabajo evaluando si estos juegos acaban dando el resultado esperado o hay que incidir en algunos juegos.