El miedo es un factor muy humano cuando un emprendedor se adentra en un territorio desconocido. El inicio de un nuevo proyecto puede producir el vértigo emocional que causa la incertidumbre. Más allá de la ilusión por montar ese proyecto, es posible sentir miedo. ¿Cómo tener el miedo al fracaso bajo control?
Acepta el miedo como un hecho natural
Acepta este temor como un hecho natural a partir de la causa que lo produce. De este modo, te resultará más fácil poner el sentimiento en su contexto adecuado. Además, existen emprendedores que analizan el temor únicamente en su vertiente negativa cuando en realidad, se trata de un sentimiento muy positivo que te ayuda a ser prudente y a reflexionar sobre las posibles consecuencias de cada opción.
¿Qué es lo que peor que puede pasar?
Una forma de controlar el miedo es imaginar qué pasaría en caso de que realmente ocurriese aquello que tanto temes. Esta fantasía puede ayudarte a desdramatizar el temor al fracaso y a relativizar los riesgos. Por tanto, los miedos también te hacen ser más consciente de tus límites y pueden ser un impulso para entrenar tus fortalezas a través del plan adecuado.
Aquello que puedes controlar
El miedo muestra el ámbito de dos realidades muy humanas al montar un negocio: existen aspectos que el emprendedor puede controlar pero también existen factores que quedan abiertos al azar. Una forma de reducir el temor es poner el punto de atención en aquellos puntos que dependen del control de la voluntad ya que son estas incertidumbres las que pueden producir estrés.
Uno de los errores más importantes que es la base del miedo al fracaso es concluir que este fracaso habla sobre un aspecto personal cuando no es así. Existen personas que cuando tienen una derrota importante dudan sobre su propia valía.