Las inmobiliarias conocen en profundidad el negocio de la compra y venta de pisos. En este contexto, surgen nuevas opciones de alquiler. Poco conocida pero cada vez más frecuente es la rehabilitación por renta. Un intercambio de servicios que permite al dueño de un inmueble obtener a cambio del arrendamiento el beneficio de la actualización de la vivienda por medio de obras de rehabilitación que quedan claramente detalladas previamente. Puesto que el coste de esta obra y el tipo de material que se utiliza es proporcional al precio de alquiler que pagaría ese inquilino siguiendo los criterios convencionales.
Qué es la rehabilitación por renta
Sin embargo, la rehabilitación por renta es una fórmula que abre nuevas puertas para quien tiene una propiedad que requiere de una inversión notable para poder actualizarse. A través de este tipo de contrato, es el inquilino de la vivienda quien asume algunas de estas tareas.
En este tipo de contrato, como en cualquier otro, existen derechos y obligaciones por ambas partes que formalizan de un modo legal este intercambio de servicios. Esta opción es especialmente práctica para casas antiguas a las que dar una nueva vida en el mercado. El propietario del inmueble no recibe una compensación mensual en forma de dinero, sin embargo, sí revaloriza su vivienda por medio de los cambios necesarios.
Puede ocurrir que una persona haya heredado una propiedad familiar y, sin embargo, no tenga los recursos necesarios para actualizar ese hogar con las obras necesarias. En ese caso, este tipo de contrato puede ser una buena solución.
Dar una nueva vida a ese inmueble
Cuando el inquilino no cumple con su parte se produce un tipo de incumplimiento grave. Una fórmula eficaz para este protocolo es establecer una cuantía mensual por el alquiler, descontando una cantidad determinada por el precio equivilante de los posibles arreglos hechos en la vivienda.