Los clientes quieren tomar decisiones


Lo que de verdad quieren los clientes cuando compran un producto en una tienda es tomar decisiones por sí mismos, pensar y resolver sus dudas. Por ello, en ocasiones, resulta un tanto incómodo estar mirando un producto en una tienda y que de pronto, el dependiente se acerque para decirte: ¿Puedo ayudarte en algo? Este acto tan sencillo en apariencia y que por supuesto, tiene un alto poder de amabilidad, también tiene un efecto negativo. Y es que existen personas que se sienten forzadas a la hora de comprar, sienten que se les presiona. Por ello, lo ideal en una tienda suele ser que todos los productos estén colocados de tal forma que desde un punto de vista visual, que toda la información sea tan clara que el propio cliente pueda elegir por sí mismo el producto que mejor satisface sus necesidades. Esto se consigue también, gracias a la cartelería adecuada para marcar secciones en las grandes superficies, por ejemplo.

Los clientes quieren tomar decisiones, sin embargo, en ocasiones, un exceso de productos también puede dar con el traste a la hora de que un cliente compre finalmente en una tienda. El exceso de posibilidades también puede desbordar la mente de una persona, por ello, es mejor acotar y limitar el campo de posibilidades teniendo una variedad más reducida de modelos de un mismo producto.

Los clientes quieren tomar decisiones. Por ello, en caso de que necesiten asesoramiento son ellos mismos quienes al entrar en una tienda se acercan al dependiente para decirle qué quieren y contar con su ayuda. Por supuesto, el trato en una gran superficie respecto a una tienda pequeña es diferente, sin embargo, en muchas tiendas de ropa relativamente pequeñas cada vez impera más el modelo de libertad en donde el cliente puede mirar por sí mismo, sin sentir la presión de una persona externa.

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