Maximizar el fracaso, minimizar el éxito


Éxito y fracaso forman parte de la vida laboral de todo trabajador. Aquellos que tienen un buen nivel de satisfacción con su trayectoria sienten que han triunfado. En cambio, existen personas que caminan de forma inevitable con una tremenda sensación de fracaso interior, creen que no están a la altura, piensan que no dan la talla, se sienten poco validos. ¿Por qué surge este sentimiento?

En primer lugar, porque tienen una visión poco objetiva de la realidad: maximizan sus fracasos, por ello, se sienten atormentados, y a su vez, minimizan el éxito. No dan valor a aquellos logros que han alcanzado de verdad. Por otra parte, desde esta sensación de fracaso interno creen que no merece la pena intentar nada nuevo, porque al final, las cosas nunca salen como ellos esperan. Viven desde una autocompasión poco sana ya que ningún emprendedor o ningún trabajador puede conseguir resultados objetivos desde la lástima.

Existen muchas causas que pueden justificar esta sensación de fracaso interior: por haber recibido críticas muy duras en la infancia o haber sentido el vacío de los compañeros de clase, porque tuviste unos padres muy exigentes que siempre ponían metas tan altas que te desbordaban, por haberte autoconvencido de que no eres capaz de lograr metas elevadas, por haber tenido cerca a alguien que te ha protegido de una forma desmedida hasta el punto de infantilizarte en la etapa adulta.

Más allá de las circunstancias, hoy es un buen día para que empieces a tomar conciencia de todo tu potencial de aquello que eres capaz de hacer porque eres una persona valiosa. Todo el mundo tiene un don que le hace único e irrepetible, por tanto, tú también lo tienes. Tienes que empezar a cultivarlo y a creer que vales y que puedes aportar cosas buenas a los demás a través de un proyecto determinado.

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