El éxito en esencia no entiende de diferencias de género en tanto que hombres y mujeres tienen las puertas abiertas para alcanzarlo. Por ello, en las empresas, no se valoran los valores femeninos más que los masculinos, simplemente, se busca a la persona. Por ello, la formación es importante a la hora de poder acceder al éxito y también, tener una noción clara de qué es para ti el triunfo. Dicha noción es totalmente subjetiva y eso implica, llevar las riendas de tu vida, hacer lo que te gusta y sentirte bien por tu evolución. La autoestima tiene mucho peso en el éxito de una mujer emprendedora, por ello, es indispensable trabajar el propio concepto de uno mismo para poder proyectar el bienestar interno en el proyecto.
En los últimos años, en nuestro país, las estadísticas muestran el valor de lo femenino en la empresa ya que una de cada tres empresas en España han sido creadas por mujeres. Un dato que muestra la iniciativa de ellas. Para alcanzar el éxito como mujer emprendedora es indispensable tejer una red de networking, a las mujeres les cuesta más asociar la idea de hacer relaciones con fines profesionales. Sin embargo, es positivo tener contactos que se mueven en el mismo área profesional porque de ahí pueden salir nuevos proyectos, o al menos, podrás aprender cosas nuevas. Esta dificultad para hacer networking surge de una situación cultural en la que las mujeres han dado prioridad a cuestiones familiares durante décadas. Pero ahora, las cosas están cambiando, a pesar de que la conciliación sigue siendo más una preocupación de las madres que de los padres.
Las mujeres emprendedoras tienen un punto a su favor: son más empatícas, tienen buenas habilidades comunicativas y un buen nivel de inteligencia emocional. Las mujeres han estado más conectadas con las emociones que los hombres.