En el plano de trabajo existen problemas que pueden llegar a desbordar a una persona en función de cuál sea su situación, su nivel de fortaleza emocional y el grado de dolor. Pues bien, ante un problema grave es esencial aprender a pedir ayuda. Un problema se convierte en tal cuando te impide rendir al máximo en la oficina, cuando no puedes concentrarte en lo que estás haciendo, cuando tienes miedo de ir al trabajo o te cuesta mucho esfuerzo hacer frente a situaciones tan cotidianas como las relaciones interpersonales.
Por ello, ante el sufrimiento es positivo pedir ayuda para poder encontrar un apoyo emocional. En este sentido, en los últimos años ha aumentado el número de casos de personas que necesitan ayuda para poder recuperar el equilibrio interior. La ansiedad y el estrés son emociones frecuentes en nuestros días. Por suerte, también existen muchos cursos para trabajadores y desempleados que pueden ser de gran utilidad para todas aquellas personas que se encuentran en un momento de dolor.
Por ejemplo, cursos de inteligencia emocional, autoestima, habilidades sociales, coaching, síndrome del trabajador quemado… Evidentemente, a lo largo de la semana es normal tener cambios de humor y de estado de ánimo. Pero lo que no es normal es que un día tras otro sea una tortura emocional y una lucha con uno mismo.
Los problemas psicológicos pueden resolverse, es decir, tienen una solución. De ahí surge la esperanza. En caso de ir al psicólogo, es positivo dar con un profesional que aporta confianza, credibilidad y seguridad en uno mismo. Por otra parte, la superación de dichos conflictos implica tiempo, paciencia y hacer frente a un largo proceso de dolor y de sufrimiento. Hoy día, los problemas laborales no sólo tienen que ver con el estrés en la oficina sino también, con la ansiedad del desempleo.