¿Qué papel debe adoptar un líder para inspirar confianza, guiar con su propio ejemplo y alimentar el talento de los colaboradores? El humanismo es un ingrediente esencial en el plano corporativo. Y adquiere forma a través de diferentes tipos de liderazgo. ¿Cuáles son las propiedades de aquel que tiene un enfoque integral?
Principales características de una influencia positiva
El profesional no solo utiliza los conocimientos adquiridos durante su formación y experiencia para buscar la excelencia en el trabajar en equipo. Se apoya en sus fortalezas, recursos, habilidades y mentalidad de crecimiento para solucionar conflictos, tomar decisiones acertadas y lograr nuevos objetivos. Pero no se encierra en su propio punto de vista sobre una situación. Amplía el foco de atención con otras perspectivas y aportaciones realizadas por los miembros del proyecto. En definitiva, busca una mirada integral para comprender las variables que intervienen en el contexto.
Es un tipo de liderazgo que no solo deja una huella positiva en el entorno, sino que alimenta el desarrollo personal de forma integral. En definitiva, es un perfil con una alta inteligencia emocional y social. Actúa de forma proactiva para escuchar, aportar soluciones y colaborar con los demás. Transmite firmeza, confianza y seguridad ante los grandes desafíos, aquellos que suponen un auténtico reto para el equipo.
Formación para ser un líder integral
Un líder integral es aquel que forma parte de una empresa en la que también trabajan otras muchas personas. Por ello, persigue el bien común y los éxitos compartidos. Adopta el papel de mentor en su puesto de empleo: ayuda y acompaña.
Y aprende constantemente de aquellos que le rodean. La capacidad de liderazgo no es innata, sino que puede alimentarse y desarrollarse. Por ello, el ser humano también puede formarse para convertirse en un líder integral que analiza el contexto de la empresa desde un enfoque holístico. En consecuencia, es un perfil que que está inmerso en una evolución constante.