La situación profesional de un trabajador autónomo que es económicamente dependiente presenta una condición muy especial. La posición de dependencia se genera por el vínculo que establece de forma habitual con un cliente principal. Es una colaboración que a nivel económico supone un mínimo del 75% de los ingresos que obtiene por el desarrollo de su labor. Por tanto, aunque ese profesional desempeñe su rol como autónomo, su estabilidad depende del trabajo realizado para un cliente que se convierte en su principal fuente de ingresos a largo plazo.
Requisitos para establecer una colaboración con un trabajador autónomo dependiente
Sin embargo, existen diferentes requisitos que el autónomo debe cumplir para desempeñar su labor de manera legal. El profesional se compromete con el cumplimiento de los objetivos establecidos de forma individual en el proyecto. Tiene los recursos y herramientas necesarias para el desarrollo de la actividad.
Es decir, dispone de la infraestructura necesaria para realizar el trabajo. Pero existen algunas cuestiones que resultan inviables en este contexto desde el punto de vista legal. El autónomo económicamente dependiente no puede contar con otros profesionales por cuenta ajena que estén a su cargo. Así como tampoco puede delegar el compromiso que ha asumido en otras personas. De hecho, son aspectos con los que el profesional se compromete de forma clara y, por ello, ambos puntos deben quedar integrados en el contenido del contrato.
Formalización del contrato entre el autónomo y el cliente
De hecho, la colaboración que el autónomo económicamente dependiente establece con el cliente debe quedar perfectamente regulada a través de un contrato que materializa el acuerdo alcanzado entre las partes y las condiciones en las que se lleva a cabo. El documento debe redactarse por escrito. De este modo, el autónomo y el cliente pueden volver a revisar cualquier dato siempre que necesiten clarificar una duda. Además, esta información debe quedar debidamente acreditada en el Servicio Público de Empleo Estatal. Tanto el autónomo como el cliente puede llevar a cabo el proceso que recibe el nombre de Registro TAED. Es una gestión que puede realizarse de forma online por medio del SEPE. Pero para finalizar el proceso de manera telemática es necesario contar con un Certificado Digital o un DNI electrónico.
El documento incluye diferentes cláusulas que clarifican las condiciones del acuerdo firmado entre las partes. En definitiva, el contrato regula el compromiso adquirido entre el autónomo y el cliente. Por ejemplo, el texto debe indicar el momento en el que el profesional disfrutará de su descanso semanal.
Como ocurre en cualquier otro tipo de contrato profesional, este comienza con la identificación de quienes intervienen en el acuerdo. Conviene puntualizar que la colaboración también puede llegar a su fin como consecuencia de diferentes factores. Con frecuencia, el punto de inflexión se produce por una decisión que ha sido acordada entre ambos. En otros casos, el desenlace está motivado por la determinación de una de las partes que presenta una causa objetiva y justificada. El autónomo económicamente dependiente tiene la posibilidad de hacer una pausa en su actividad durante un periodo mínimo de 18 días al año.
Duración del contrato entre el autónomo y el clinete
Es un dato que puede ser concretado por ambos. Aunque la fecha de finalización del servicio puede quedar condicionada a las necesidades del propio proyecto que se va a completar con éxito.
Existe otro requisito que debe cumplir para la formalización legal del contrato que siempre debe tramitarse por escrito. El profesional que desarrolla su actividad como autónomo económicamente dependiente debe comunicar esta información al cliente (así como también debe transmitir cualquier posible modificación que pueda producirse en su situación).