La planificación es uno de los componentes esenciales en la puesta en marcha de una empresa. Pues bien, la constitución de una sociedad también debe alinearse con la normativa legal. La redacción de los estatutos es clave para clarificar los principios y las normas que guían el proyecto.
Qué son los estatutos de la empresa
En la constitución de una sociedad, es posible anticipar otras situaciones de futuro. En un momento en el que existe el riesgo de idealizar la evolución del proyecto, los estatutos se integran en el mapa del contexto. Por ejemplo, son esenciales para establecer acuerdos entre socios. Del mismo modo, son determinantes para que cada profesional conozca sus derechos y sus obligaciones.
En definitiva, esta información fortalece las bases de la sociedad. Aunque conviene indicar que los puntos redactados no solo pueden centrarse en el fortalecimiento del vínculo entre los socios. Los estatutos también ponen el acento en situaciones en las que intervienen agentes externos al propio proyecto.
Funciones de los estatutos de la empresa
En primer lugar, son esenciales para clarificar cualquier duda en el momento de constitución de una sociedad. De este modo, cada socio es consciente del compromiso que asume en esta etapa. Es aconsejable que los profesionales busquen asesoramiento legal para llevar a cabo este proceso. Además, la redacción de los estatutos aporta una fuente de información esencial para revisar o consultar cualquier dato.
Los estatutos contemplan variables que pueden producirse en el futuro. En ese caso, la lectura de los principios acordados con anterioridad a ese momento aporta luz a la situación.
Por otra parte, los estatutos clarifican dos aspectos clave en una empresa. Presentan los derechos de las partes implicadas, pero también hacen referencia a los compromisos asumidos. En definitiva, los estatutos forman parte de la estructura de una empresa y fortalecen los cimientos del proyecto.