Un negocio puede realizar mejoras en su catálogo de propuestas. Por ejemplo, tiene la posibilidad de incrementar el valor de un servicio. ¿Cómo realizar el proceso?
1. Identificación del área de mejora
Es recomendable realizar un análisis de las fortalezas y debilidades de esa propuesta. El conocimiento del propio producto ofrece las claves para potenciar la innovación a partir del mismo.
2. Branding corporativo
El valor de un servicio está directamente vinculado a la confianza que inspira la marca. Por ello, es esencial diseñar acciones que conecten con el público objetivo y reflejen los valores de la compañía.
3. Comunicación
La atención personalizada fortalece el vínculo con el comprador. La comunicación está presente en la experiencia de compra. Por ello, es recomendable que el profesional explique al cliente todos los detalles del servicio. Es decir, conviene expresar cuál es el valor añadido. De este modo, si se ha producido un incremento en el coste del servicio, el consumidor conoce el motivo que ha propiciado ese aumento.
4. Personalización
Son muchos los clientes que realizan sus compras en un establecimiento. Sin embargo, la experiencia de la personalización hace que cada cliente se sienta único e irrepetible. Por ello, es una de las tendencias que crece en el sector.
5. Ofrecer servicios complementarios
Un servicio es práctico en sí mismo, sin embargo, es posible complementar una propuesta con una alternativa que esté relacionada con la primera opción. La visión que el cliente tiene de una empresa pone en perspectiva todos los detalles de la experiencia de compra.
6. Escuchar la voz del cliente
¿Qué visión tiene el cliente sobre los servicios ofrecidos? ¿Cuáles son sus propuestas de mejora? ¿Qué quejas se producen con más frecuencia? ¿Qué comentarios positivos ponen en valor la calidad de cada propuesta?
Además, acompaña al cliente más allá del momento de la compra por medio de un servicio posventa.