El comercio electrónico se posiciona como una oportunidad de negocio que inspira a emprendedores que quieren desarrollar sus ideas a través de Internet. La tecnología también debe estar integrada en un proyecto tradicional para evolucionar hacia el futuro. ¿Qué ventajas aporta este último en la actualidad?
1. Observación directa del producto: más allá del sentido de la vista
La atractiva presentación del catálogo muestra el nivel de calidad de los negocios online. En ese caso, las fotografías, los vídeos y el texto son esenciales para hacer una descripción de los artículos. Sin embargo, la experiencia de compra del consumidor es más inmediata en el comercio convencional. Ten en cuenta que existe la posibilidad de comprobar directamente las características de los productos.
2. Comunicación directa y constante con el comprador
Antes de realizar una compra, el consumidor tiene la posibilidad de resolver cualquier duda. Es decir, sus preguntas encuentran respuesta en la atención y asesoramiento del profesional que trabaja en el punto de venta.
En definitiva, la información especializada incrementa el valor de un catálogo variado con productos de calidad. Por ejemplo, el profesional aporta datos clave en torno a las ventajas, funcionalidades y beneficios de una propuesta. Y el cliente recibe un asesoramiento totalmente personalizado que se adapta a sus propias necesidades.
3. Conecta con todo tipo de clientes
Muchos compradores combinan la experiencia de comprar en el comercio electrónico sin renunciar a la cercanía de los negocios tradicionales. Otras personas, por el contrario, todavía descartan la idea de comprar por Internet. En ocasiones, porque no se sienten familiarizadas con el proceso. Otras prefieren no dar algunos datos personales.
También puede ocurrir que el usuario no se sienta cómodo con el uso de la tecnología en los pagos online. La edad es un factor a tener en cuenta porque influye directamente en las expectativas de compra y en el estilo de vida.
4. Da vida a los barrios
El comercio tradicional forma parte del paisaje de los barrios. Aporta dinamismo y vida a ciudades y pueblos que, por el contrario, experimentan pérdidas significativas cuando algunos establecimientos cierran sus puertas. Esa experiencia deja una sensación de vacío en el entorno. Tener una amplia red de servicios básicos alrededor del propio domicilio es un aspecto que mejora la calidad de vida de las familias.
La cercanía es clave para optimizar la gestión del tiempo en la rutina diaria. La proximidad también aporta confianza porque crea el marco perfecto para construir vínculos duraderos. El cliente no se siente un número más en aquellos comercios que visita con frecuencia.
5. Puede complementarse con las ventas online
El comercio tradicional ofrece un servicio de proximidad en el entorno cercano. Pero puede ampliar su nivel de alcance por medio de las ventas online. En ese caso, surge la posibilidad de conectar con más compradores y de mostrar el catálogo a un público objetivo más amplio. De este modo, se crea una perfecta combinación que unifica las ventajas de la venta tradicional con el servicio online. A pesar de que esta última opción es sinónimo de innovación, no es una condición indispensable para que un proyecto tradicional triunfe.
6. Evoluciona con los cambios que se producen en las familias
El comercio convencional tiene un arraigo en los barrios. Forma parte de la vida de las familias. Por ello, el paso del tiempo tiene su reflejo en la realidad del propio proyecto.
Así ocurre cuando nuevos compradores continúan con la tradición de visitar un establecimiento que en el pasado también fue un referente para otros familiares cercanos. Los valores del comercio tradicional en la actualidad están muy integrados en una experiencia de compra consciente y responsable.