Aunque reuniendo más de 107.000 entre los diez países con mayor concentración, sólo el 40% de las startups consigue ser rentable. La lucha contra una competencia salvaje y una media de entre dos y tres años para obtener beneficios frustran la prosperidad de la nueva empresa. Un camino que es preciso comenzar desde un estudio de viabilidad que determine no sólo el fin, sino los medios que un proyecto debe usar para llegar a él.
De la semilla al fruto
Nada existe sin ningún comienzo. Y, en el sector empresarial, hasta las multinacionales con mayores ramas y frutos han sido en algún momento una semilla. Porque un negocio debe nacer de cero para curtirse y labrarse un nombre. A base de experiencia. Tanto imponiéndose o sumándose a la competencia como avanzándose a su tiempo. Siempre arraigándose no sólo a los valores, sino también a los propios límites y capacidades.
Sin embargo, para asumir ese compromiso no sólo basta con una visión optimista sobre el futuro de nuestra startup. Desarrollar cultura empresarial requiere de una identidad empresarial fuerte. Un espíritu emprendedor, el de las mentes más agudas y atrevidas, que pueda ser capaz de inspirar admiración, o incluso respeto, en las empresas más consolidadas del sector. Reivindicando así su impacto e importancia en los mercados.
Valor y riesgos de la startup en la actualidad
Según Statista, los diez países con mayor número de estas empresas iniciales —desde los EEUU con 72.560 hasta Brasil con 1.165—, reúnen hoy 107.572 startups. Una cifra que, pese a su poca espectacularidad respecto a otras empresas, conlleva un impacto positivo en la economía —miles de millones en el mercado global— y una mayor oferta laboral —más de 3,1 millones de nuevos empleos estadounidenses en 2020.
Pero, pese a su peso y contribución a la economía y al mercado, buena parte de estos negocios no consigue salir adelante. Según una investigación de DemandSage, el 60% de las startups no logra ser rentable, un tercio pierde dinero y, como consecuencia, 9 de cada 10 fracasan y el 70% cierra al cabo de una década. Parte del problema, fruto de una salvaje competencia que, a toda costa, trata de imponerse a las nuevas firmas.
Los datos, no obstante, no deben acobardar ningún intento de desprecintar una flamante empresa en el viejo mercado. Teniendo en cuenta que se precisan entre 2 y 3 años de media para obtener ganancias según el antes mencionado estudio, alcanzar la soñada rentabilidad es cuestión de ingenio. Y es que, antes siquiera de iniciar un negocio, debe siempre realizarse un estudio y plan de viabilidad que determine sus posibilidades.
¿Cómo rentabilizar una startup?
Contar con fondos o una cartera generosa de inversores es siempre. Si no tenemos esa suerte, deberemos recurrir a otros recursos para disponer del capital suficiente a corto y largo plazo. Sea tanto a través de subvenciones como del micro mecenazgo, avanzándonos a cualquier bache económico. Aunque, a veces, la rentabilidad no tiene por qué tratar siempre de dinero y, en muchos casos, más sobre cuestiones básicas.
Siguiendo con el revelador estudio de DemandSage, resulta de interés destacar que al menos el 34% de las startups se hunden porque son innecesarias en el mercado. Desde productos cuya utilidad no queda clara hasta imitaciones sin posibilidad de poder sustituir su referencia. Pero, en su segunda causa más frecuente, el 22% experimentó problemas de marketing. Una actividad fundamental en cualquier tipo de empresa.
Escoge la herramienta que tu startup necesita
Por instinto de supervivencia, tendemos a pensar que la espectacularidad que ostenta la gran empresa es el modelo a imitar para situar nuestro negocio en el mercado. Sin embargo, el buen marketing requiere de precisión más que de artillería pesada. Es decir, de herramientas cuya eficiencia no comprometa su asequibilidad. Y ahí es donde cabe estudiar bien a nuestro target e investigar las posibilidades que ofrece el marketing.
Tomando un ejemplo, herramientas como el email marketing —a través de plataformas como Mailrelay.com, permitiendo enviar hasta 80.000 emails mensuales y subir hasta 20.000 contactos en su cuenta gratuita— consiguen un buen alcance y retorno de la inversión. En el caso específico de esta herramienta, según concuerdan los datos, de 42 dólares por cada dólar invertido. Prueba de que un marketing accesible es posible.
En definitiva, cualquier salto a la piscina empresarial, independientemente del sector, ha de pasar por un análisis previo del contexto y la situación. Tanto del propio negocio como del mercado así. Corroborando si nuestro proyecto es útil y si, más allá de ello, es más conveniente esperar el momento oportuno o aprovechar la oportunidad. Sea como fuere, obrando con perseverancia y, sobre todo, un plan y conocimiento de causa.