Como seguramente ya sabrás, la del administrador de sociedades es una figura fundamental en cualquier empresa por el hecho de gestionar y tomar decisiones importantes para el devenir de la organización. Eso sí, hay que tener en cuenta que existen distintos tipos de administradores y conviene conocerlos bien para saber cuál es el más conveniente en cada caso. De ello te hablamos a continuación.
Según su responsabilidad
En función del grado de responsabilidad del administrador, podemos diferenciar entre los siguientes tipos de administrador:
– Administrador mancomunado: Este es el tipo de administrador que vemos en aquellas empresas que tienen dividido su capital en partes iguales, ya sea al 50% o en porcentajes más pequeños. Lo mejor de este tipo de administración es que ninguno de los administradores mancomunados tiene suficiente poder como para tomar decisiones por su cuenta, ya que necesita el apoyo del resto de administradores para que se apruebe una propuesta. Es común ver este tipo de administradores en empresas en las que cada administrador está especializado en un área distinta, como puede ser una gestoría que se encarga de temas fiscales, laborales, mercantiles…
– Administrador solidario: Tiene plenos poderes para dirigir la empresa y tomar las decisiones que considere oportunas. No necesita el apoyo de los socios para estampar su firma en nombre de la empresa en un contrato que implique a una empresa externa. Los socios que forman parte del consejo empresarial son los que se encargan de designar al administrador solidario otorgándole plenos poderes siempre y cuando actúe dentro de lo legal. Aunque es arriesgado porque se pueden dar pasos que no son del agrado de todos los socios, es cierto que se agiliza mucho el proceso de toma de decisiones.
– Administrador concursal: Es el tipo de administrador que ninguna empresa quiere tener, ya que es el que entra en escena cuando la compañía entra en concurso de acreedores. La Ley Concursal permite que un abogado con un mínimo de cinco años de experiencia laboral pueda convertirse en el administrador concursal, lo mismo que se puede decir de un economista, un auditor de cuentas o un titulado mercantil siempre y cuando posean experiencia en el ámbito concursal. La principal tarea que se le asigna es la de velar por el cumplimiento de todas las obligaciones que fija la Ley Concursal para todas aquellas empresas que entran en concurso de acreedores.
Según el número de administradores
En función de la cantidad de administradores que están al frente de la empresa, podemos diferenciar entre los siguientes tipos de administrador:
– Administrador único: Acuñamos este término cuando nos referimos a una única persona física que se encarga de tomar las decisiones asociadas a la administración de una empresa. Y no solo eso, sino que se responsabiliza de todo lo que se hace y de todo lo que se deja de hacer en cumplimiento con la ley, siendo el único responsable de sus acciones.
– Varios administradores: Como se puede intuir, es un tipo de dirección en el que entran en acción más puntos de vista, ya que son varias personas físicas las que se encargan de dirigir la empresa y representarla en juicio o fuera de él. Se pueden organizar mancomunadamente o solidariamente según se acuerde.
– Consejo de administración: En los estatutos de la empresa debe figurar que se ha establecido un consejo de administración que se encarga de velar por los intereses de la compañía. Debe estar formado por un mínimo de tres personas y por un máximo de doce. Es un tipo de administración más propia de las sociedades anónimas con gran capital que de las sociedades limitadas, ya que no es lo suficientemente eficiente para una SL.