Tres claves para organizar el trabajo de los autónomos


Uno de los principales problemas a los que tiene que enfrentarse un autónomo es la gestión del tiempo. Con largas jornadas laborales y diferentes acciones dentro de su actividad, que no siempre están relacionadas con el desarrollo de la actividad, puesto que hay que atender facturas, contabilidad, declaraciones de renta… se hace complicado poder sacar tiempo para todo y también para tener momentos de ocio y descanso.

Pero no es tampoco una misión imposible. Sólo hay que aprender a gestionar el tiempo, lo que puede hacerse siguiendo tres consejos básicos, pero fundamentales, que pueden aplicarse siempre que se tengan claros los objetivos que se han planteado en el trabajo para comprobar si se consiguen o no.

El primer paso es organizar el horario. Los autónomos con frecuencia suelen estar disponibles las 24 horas del día y siempre están preparados para atender a cualquier cliente, duda… o situación a través del teléfono, e-mail… ya sea domingo o se esté todavía desayunando y no se haya comenzado la jornada laboral. La situación suele empeorarse si además se trabaja en la propia casa o el despacho o centro de trabajo está cerca del hogar.

Una situación que puede cambiarse estableciendo un horario fijo para el tiempo de trabajo que hay que cumplir con exactitud, de manera que se aprovechen al máximo esas horas de trabajo y se haga una labor mucho más eficiente. El horario puede ser extenso, pero se debe respetar el tiempo de descanso, para ocio o hobbies, y de acciones como desayunar, comer, cenar… para estar más fresco ante la jornada laboral y conseguir un mayor rendimiento.

El segundo consejo fundamental es llevar la agenda al día. En muy útil disponer de una agenda en la que se anoten las tareas pendientes, pudiendo optar por las que ofrecen las tabletas o teléfonos móviles inteligentes que avisan de cada tarea pendiente y descartan las que ya se han realizado. De esta manera, se puede programar el tiempo que se dedicará exclusivamente a trabajar, aparte de programar reuniones, visitas o cualquier otra actividad.

Finalmente, es fundamental priorizar, porque de nada sirven los dos pasos anteriores si no se establece un orden de prioridades, marcando el trabajo que es urgente para darle esa prioridad y aplazar posibles reuniones o encuentros u otras gestiones que pueden esperar, pero sin olvidarlas para resolverlas a posteriori.

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