Trabajar en equipo es una experiencia enriquecedora tanto desde el punto de vista multidisciplinar como intergeneracional. No es positivo que la inestabilidad sea la norma en un proyecto en el que las ausencias y las nuevas incorporaciones se suceden de manera habitual. Sin embargo, el talento de quienes llegan al equipo para sumar su valor, su implicación, su motivación y sus ideas, enriquece a todo el grupo. ¿Cuáles son las ventajas que esta situación produce en una entidad?
1. Adaptación al cambio
Un equipo puede quedarse estancado en su zona de confort al estar inmerso en una dinámica de reuniones en donde cada uno ya está familiarizado con este contexto. Sin embargo, una nueva persona motiva a los distintos protagonistas para que amplíen su zona de confort. Y esta experiencia es muy positiva para dar la bienvenida a nuevas iniciativas.
2. Motivación
Generalmente, cuando una persona llega a un equipo de trabajo, lo hace con la ilusión que le aporta esta nueva oportunidad que quiere aprovechar. Y con su propio ejemplo transmite motivación, implicación y compromiso a quienes ya forman parte de este proyecto desde hace más tiempo.
3. Nuevos puntos de vista
Quienes llegan a un nuevo equipo lo hacen desde su propia experiencia y trayectoria previas. Esta perspectiva externa hace que su visión refuerce el diálogo en el equipo con aportaciones nuevas. Este hecho influye positivamente en la creatividad.
Un equipo tiene diferentes etapas. Algunos profesionales comparten capítulos importantes de su vida profesional con esta implicación antes de iniciar un nuevo episodio laboral en otro lugar. Y estas despedidas enlazan con la feliz bienvenida de nuevos talentos que son una expresión de una realidad que fluye siempre en presente.
¿Cuáles son las ventajas de las nuevas incorporaciones al equipo de trabajo? Adaptación al cambio, motivación y creatividad que añaden valor al proyecto.