El pequeño comercio ha sufrido en gran medida el efecto de la presencia constante de los centros comerciales y grandes superficies que llevan a los clientes a las afueras de la ciudad. Sin embargo, uno de los valores que puede ofrecer el pequeño comercio es, precisamente, la impotancia de la tradición, la vivencia de la compra como una experiencia que va más allá de adquirir un producto. Es tener la posibilidad de recorrer las calles de siempre encontrando todos los servicios necesarios.
Realizar acciones comerciales
Cada vez más emprendedores, vinculados al pequeño comercio, deciden asociarse con entidades que fomentan la dinamización de iniciativas destinadas a promover la cultura del comercio de barrio. Es decir, las Asociaciones de Comerciantes tienen un gran valor práctico gracias a la suma de fuerzas del trabajo en colaboración.
Cada Asociación de Comerciantes ofrece unas ventajas específicas. Algunas asociaciones ofrecen incluso cursos de formación que son una buena herramienta para abrir nuevas puertas. Por ejemplo, cursos de escaparatismo y merchandising.
Las estrategias comerciales llevadas a cabo de forma común benefician a todos los miembros de la asociación. Y mientras que dar fuerza a una iniciativa individual no siempre resulta sencillo, por el contrario, el valor de unir voces permite dar una mayor visibilidad a ese tipo de propuestas al tener también una mayor plataforma de comunicación y mejores recursos.
Qué asociación elegir
Uno de los aspectos a valorar al considerar el asociacionismo es la ubicación del comercio. Por ejemplo, en las ciudades las asociaciones suelen estar diferenciadas por barrios. Desde el punto de vista del marketing, también es un beneficios añadido para los negocios puesto que la asociación tiene sus propios perfiles sociales para dar difusión a las iniciativas.
Además, a nivel emocional y de motivación, formar parte de un proyecto común ayuda al autónomo a no sentirse tan solo en su trabajo, especialmente, en periodos de dificultad.
Muy Buena. Orientacion. GRACIAS.