El síndrome postvacacional afecta con menor intensidad a los emprendedores que a los trabajadores de la empresa ya que los autónomos suelen tener vacaciones de verano más breves, por tanto, también tienen menos tiempo de desconectar de su rutina profesional. Además, los emprendedores tienen responsabilidades de negocio que no pueden delegar en nadie más, por tanto, también tienden a seguir pendientes de algunos de los asuntos de oficina durante su periodo de descanso. Algunos emprendedores trabajan algunas horas al día durante sus vacaciones aunque sea desde casa, gestionan el correo electrónico de la oficina y atienden llamadas de teléfono vinculadas con el trabajo.
Menor nivel de desconexión en vacaciones
Además, el periodo de vacaciones y de descanso también es muy fructífero para la mayoría de los emprendedores que incrementa su creatividad a partir del relax visualizando posibles retos profesionales que llevar a cabo en el nuevo curso escolar. Estas nuevas ideas marcan un nuevo ritmo en el nuevo curso profesional, son propuestas que elevan el nivel de automotivación gracias al efecto terapéutico que produce la novedad frente al estrés.
Realizar un trabajo vocacional
Muchos emprendedores ejercen esta tarea de una forma vocacional y son felices en su jornada profesional. Por esta razón, tienden a vivir la vuelta a la rutina sin dramatismo ya que no existe ingrediente más importante en el sueldo emocional de un freelance que tomar su trabajo como un disfrute que le permite sentirse libre.
Uno de los factores que influyen en el síndrome postvacacional es el factor tiempo. Mientras que los trabajadores suelen tener una rutina de trabajo marcada por un horario fijo y establecido, los emprendedores que lideran una empresa tienen un mayor margen de adaptación del tiempo. Y esta adaptación aporta bienestar emocional en la vuelta a la rutina del mes de septiembre minimizando el impacto del síndrome postvacacional.