La proactividad es una competencia que puede marcar la diferencia en la carrera de un emprendedor. ¿Cómo desarrollarla en la práctica? Te damos cinco consejos.
1. Planifica
No tienes el poder de adivinar con certeza qué sucederá dentro de un tiempo. Pero sí posees una capacidad que te aproxima hacia el futuro: la planificación es esencial para anticipar situaciones que quizá ocurran en algún momento.
2. Formación continua
La implicación en tu propio proyecto no debe reducir el tiempo de estudio a cero. Los emprendedores proactivos se forman continuamente, y no solo a través de la realización de cursos. También alimentan el hábito de la lectura de libros sobre negocios, finanzas, coaching, recursos humanos y empresas.
3. Resuelve tus dudas
Las dudas pueden irrumpir en cualquier etapa de un proyecto. En ese caso, es recomendable no adoptar un rol reactivo y quedar a la espera de que esas cuestiones se aclaren en algún momento. Implícate para encontrar la respuesta. Quizá necesites contar con el asesoramiento de un profesional especializado en ese campo.
4. Sé proactivo en el networking
Así como es recomendable que hagas espacio para la formación, también es positivo que mantengas el hábito de acudir a eventos de networking. Pero el primer contacto debe completarse con otras comunicaciones que fortalecen el vínculo profesional. En ese caso, no quedes a la espera de que otros profesionales tomen la iniciativa de proponerte alguna idea.
5. Visualízate como un emprendedor proactivo
La proactividad se ejercita a través de la práctica. Es decir, se materializa por medio de la experiencia y la repetición. Pero también existen técnicas que te permiten incrementar tu autoconfianza si quieres desarrollar habilidades tan importantes como esta. En ese caso, visualiza el momento en el que afrontas aquellas tareas que sueles posponer en exceso.