Las calles de un barrio se transforman con la apertura de nuevos negocios y el cierre de proyectos que fueron un referente en el pasado. ¿Qué lecciones ofrece esta última situación? En Empresariados compartimos cinco reflexiones.
1. Numerosas amenazas que condicionan la supervivencia del proyecto
En cualquier contexto existen límites y oportunidades. Sin embargo, el nivel de dificultad se intensifica para las tiendas de barrio en un momento en el que los clientes buscan nuevas experiencias de compra. Y la competencia es muy alta.
2. Un éxito pasado no garantiza el triunfo en el presente
La estrategia adoptada previamente dio frutos positivos. Pero es importante romper con la inercia que conduce a la zona de confort. Ese plan de acción puede quedar desactualizado ante los cambios externos e internos que irrumpen en el entorno.
3. Una tienda de barrio tiene un alto valor emocional
Su historia está directamente vinculada con la memoria de aquellos vecinos que recuerdan tantos momentos vividos en ese lugar. La noticia del cierre de un negocio emblemático produce una amplia variedad de sentimientos, entre ellos, la nostalgia del pasado.
4. El consumo responsable fortalece a las tiendas de barrio
El consumidor responsable reflexiona en torno a las consecuencias que producen sus decisiones. Las compras que priorizan el comercio de proximidad, repercuten positivamente en la creación de puestos de empleo.
Y, también, en el mantenimiento de servicios básicos que dan vida al barrio. Cada día se despiden pequeños negocios que emprendieron su camino con ilusión. Es preciso analizar las causas de cada caso de forma individual. Pero el consumo responsable o la ausencia del mismo produce un impacto directo en el entorno.
5. Abrir un negocio o cerrarlo es un acto de valentía
Son decisiones que producen consecuencias significativas. Por ello, la valentía y la determinación son inherentes a cualquier proceso de emprendimiento.