La rutina profesional de un emprendedor puede estar condicionada por múltiples factores externos o internos que influyen en su nivel de concentración. Sin embargo, es recomendable que la atención no esté constantemente determinada por variables del azar o la suerte. ¿Cómo potenciar la concentración en tu rincón de trabajo?
1. Sigue con la rutina sin hacer excepciones habituales
De vez en cuando, es posible hacer algunos cambios en la agenda del día. Conviene valorar la posibilidad, especialmente, cuando esa medida potencia el autocuidado. Sin embargo, los horarios establecidos, la repetición de tareas y los hábitos conscientes alimentan la concentración (incluso en días complejos). La rutina es esa zona de confort con la que puedes conectar cuando más lo necesitas.
2. Evita de forma consciente las distracciones que puedes anticipar
Las pausas que están causadas por una interrupción necesaria generan una pérdida significativa de tiempo y de energía. Hacen que la atención desconecte de un objetivo inmediato para dirigir la mirada hacia una cuestión diferente. Puedes reforzar la planificación en diferentes esferas del trabajo.
Por ejemplo, evita de forma intencional aquellas distracciones que puedes anticipar (y evitar o limitar su impacto). En la actualidad, muchos de los ladrones de tiempo que se producen en el ámbito profesional están vinculados con el uso inadecuado de la tecnología.
3. Modela a aquellos miembros del equipo que mantienen un buen nivel de atención
La concentración no solo puede potenciarse a nivel externo por medio de factores concretos como el orden, la limpieza y la iluminación. También se cultiva de forma consciente a nivel interno. Por ejemplo, modela a aquellos miembros del equipo que muestran un alto grado de compromiso con su puesto de empleo.
¿Qué acciones puedes realizar tú en tu rutina laboral? ¿Qué aciertos percibes en su comportamiento en relación con la concentración y la atención? ¿En qué medida puedes inspirarte en su ejemplo para implementar algunos cambios en tu propia realidad? Alinea tu responsabilidad con las prioridades del equipo.
4. Trasciende a tu individualidad: conecta con la perspectiva del equipo
¿Cómo volver a conectar con el sentido del trabajo realizado? Trasciende más allá del ámbito de la individualidad para conectar con la perspectiva del equipo. Las tareas que desarrollas en tu puesto de empleo repercuten en un proyecto de grupo. Siente el apoyo y la protección del entorno desde el punto de vista emocional.
5. Visualiza el próximo descanso: es el premio definitivo al esfuerzo previo
Una pausa breve puede convertirse en el mejor premio para quien tiene dificultades para concentrarse en aquello que está haciendo. Visualiza ese tiempo como un premio que está muy próximo. Para disfrutar de ese espacio, céntrate en las tareas que tienes que terminar antes de ese punto de inflexión. No aplaces para después las gestiones que puedes hacer ahora. Especialmente, si esa medida hace que el trabajo pendiente se transforme en una carga.
6. Enfócate en única tarea: entrena tu voluntad más allá de la dificultad
¿Cómo potenciar el valor del orden en la forma de trabajar? Es un ingrediente que no solo se integra a través del cumplimiento de horarios o la organización en el espacio de trabajo, también se materializa en la ejecución de una acción. Pues bien, enfócate en una única tarea (aunque te cueste permanecer atento en ese punto). Ese tipo de situación puede convertirse en una oportunidad para fortalecer la voluntad.
¿Cómo mejorar la concentración en el lugar de trabajo? La respuesta no remite únicamente a aquellos hábitos y rutinas que influyen positivamente en tu horario laboral. También puedes cuidar tu capacidad de atención más allá del ámbito profesional a través del descanso, la desconexión tecnológica o tus aficiones.