El emprendimiento ofrece una responsabilidad a largo plazo. Cada nuevo día llega acompañado por nuevos retos y aventuras. En Empresariados te damos siete consejos para implicarte en el proyecto.
1. Comienza de nuevo (no acumules el desencanto de la jornada anterior)
Algunas fechas son especialmente complejas. En ese caso, es importante no trasladar la insatisfacción, el estrés o el cansancio de los días previos al inicio de la nueva jornada. Empieza de nuevo. Para ello, concéntrate en el propósito principal que quieres conseguir hoy.
2. No delegues tu responsabilidad en otro miembro del equipo o en el azar
Gestionar un negocio supone asumir una gran responsabilidad en el éxito o el fracaso del proyecto. Aprender a delegar sí es un acto de humildad y sabiduría en los negocios. Pero es una acción que debe acotarse para que sea verdaderamente efectiva en la práctica.
Ten en cuenta que hay algunos aspectos que nunca debes delegar en otro miembro del equipo, en las circunstancias del entorno o en la suerte. Por ejemplo, no delegues tu liderazgo o tu capacidad para tomar decisiones en el proyecto.
3. Aplica tus conocimientos y tu experiencia
La inversión que realizas en el negocio va más allá de la perspectiva económica. Existen otros recursos que son esenciales en un proyecto: el conocimiento y la experiencia son un buen ejemplo. Por tanto, experimenta, aplica la teoría en la práctica de los casos que gestionas cada día, confía en tu trayectoria previa y sigue aprendiendo. Cada jornada aporta valiosas lecciones.
4. Haz pequeños descansos y desconecta del negocio fuera del horario laboral
El nivel de implicación no aumenta por estar permanentemente centrado en el proyecto. El descanso físico, intelectual y emocional es clave para mantener la energía, cuidar el talento y evitar el agotamiento. Por ello, puedes integrar pequeños descansos en tu jornada laboral y disfrutar de tu tiempo libre fuera del horario habitual.
5. Planifica y trabaja por los próximos objetivos
Existen etapas de mayor o menor actividad en los negocios. Sin embargo, la planificación es positiva en cualquier periodo del calendario. Es esencial para empezar a avanzar en los próximos objetivos. Permite optimizar los recursos y medios disponibles al hacer una gestión eficaz de los mismos.
Ocúpate de los objetivos a corto plazo previstos para esta fecha del calendario, pero no descuides otras metas a medio o largo plazo. Intenta encontrar el equilibrio para mantener el foco de atención en el ahora, sin descuidar su crecimiento potencial.
6. Encuentra una filosofía que te inspire: tu trabajo mejora la vida de otras personas
A veces, no es fácil encontrar un sentido valioso al trabajo realizado. Especialmente, en momentos de incertidumbre, obstáculos, dudas y confusión. Encuentra una filosofía que te inspire cada día porque tu trabajo mejora la vida de otras personas.
Es decir, tiene una dimensión trascendente que repercute más allá de la perspectiva individual. Implícate en tu negocio para conectar con los clientes, mantener una buena relación con los proveedores y cuidar al equipo que compone el proyecto.
7. Reduce las distracciones externas e internas
Previamente hemos hecho referencia al valor de la planificación en el trabajo. La planificación puede orientarse hacia objetivos diferentes. Por ejemplo, es clave para crear un contexto creativo que favorece la concentración y la productividad.
Identifica las distracciones externas e internas que interfieren en los procesos que llevas a cabo en el negocio. Y elimina esos factores que derivan en espacios de tiempo que no se aprovechan de forma consciente. ¿Cuántas veces estás en tu negocio pero tienes la mente puesta en un escenario diferente? Aunque las contradicciones son muy humanas, conviene reducir su impacto.
En conclusión, implícate cada día en tu negocio porque cada jornada representa un nuevo comienzo.