A la hora de buscar trabajo, no sólo es importante poner atención en los factores externos: formación, actualización del currículum, control del lenguaje corporal en una entrevista de empleo… Sino que también, es todavía más importante trabajar mucho más los factores emocionales e internos: la autoestima. Conforme más amor propio tengas y más seguridad, más opciones tienes de encontrar ofertas de empleo. Y lo que es más importante, de sobrellevar retos como la búsqueda de trabajo con más espíritu positivo y sensación de mayor seguridad a nivel emocional.
Ante un bajo nivel de autoestima, las personas tienen la sensación de ser víctimas que vuelan a la deriva. Por ello, no olvides que el control de tu situación lo tienes tú. La autoestima es interna pero también, se alimenta gracias a los gestos de otras personas. Por ejemplo, gracias a las palabras de un profesor que te elogió de forma especial en la carrera. O también, gracias a un jefe que te hace saber que está contento con tu función.
En cambio, pocas personas son conscientes de que la crisis económica no sólo nos ha dejado más de cinco millones de parados sino también, muchos problemas emocionales. La falta de trabajo causa problemas de autoestima, sensación de estar fuera del sistema, apartado de los demás. Quien tiene una baja autoestima corre el riesgo de fusionarse al extremo con la suerte, es decir, de caer en el complejo de superioridad en el éxito, o en el complejo de inferioridad en el fracaso. Por ello, si tu autoestima es buena te sentirás bien tanto en una etapa favorable como adversa.
¿Qué puedes hacer para que trabajo y autoestima vayan de la mano? Tener claros tus objetivos y luchar por ellos. Sabiendo que las metas laborales no se compran, es decir, se basan en el esfuerzo y muchas veces, hay que tener paciencia.