Existen pocas actividades de team building que estén tan de moda como los juegos de escape. Juegos de empresa que se realizan en equipo, a través de la colaboración recíproca, para resolver un misterio que los participantes necesitan desvelar en el plazo de una hora para salir de la habitación.
Los juegos de escape se han convertido en un negocio en sí mismo puesto que muchas ciudades tienen salas habilitadas para resolver estos misterios que agudizan el ingenio, activan la motivación, mejoran la concentración, rompen con la rutina y sirven para construir equipo de un modo vivencial, es decir, desde la experiencia.
Herramienta de recursos humanos
De hecho, los juegos de escape también pueden servir como herramienta de recursos humanos para observar habilidades y competencias en un candidato. El éxito de una empresa se mide por el potencial del propio equipo. Sin embargo, en la rutina del horario laboral, en muchos momentos, el tiempo se concentra únicamente para la consecución de los objetivos pero queda poco margen para fomentar ese lazo de compañerismo que es clave en la productividad.
Y por medio de una experiencia lúdica y pedagógica como el juego, es decir, una experiencia con la que los participantes disfrutan, pueden estar más receptivos para el aprendizaje de lo que implica colaborar por una meta común y ser buenos compañeros.
Experiencia vivencial para desarrollar habilidades
Además, los juegos de escape son situacionales. Es decir, permiten desarrollar habilidades necesarias en el propio puesto de trabajo: técnicas de comunicación, resolución de conflictos, toma de decisiones bajo presión y cumplimiento de plazos. Incluso, este juego también permite a los protagonistas gestionar el estrés ante el estímulo de conseguir una meta que se disfruta más porque se alcanza en colaboración con los demás. Y esta es una lección en sí misma, especialmente, para quienes tienden al individualismo en su forma de entender el talento. ¿Alguna vez has participado en un juego de escape? ¿Cuál fue tu experiencia?