Además de test o de entrevistas personales, en los procesos de selección se emplean también otros métodos para elegir a los candidatos como es el caso de la denominada dinámica de grupo. Una prueba que, igualmente, hay que prepararla convenientemente para superarla con éxito.
Y es que la dinámica de grupo es quizá una de las más difíciles de afrontar porque se desconoce, en general, al resto de candidatos y se pueden hacer intervenciones un tanto erróneas que pueden cerrar las puertas al empleo.
Claves
Normalmente, antes de que comience la dinámica de grupo se suelen dar unas pautas o material por escrito que es conveniente atender y leer con atención porque ahí siempre hay información relevante que es preciso tener presente e, incluso, destacarla. Además, es el momento adecuado para solventar cualquier duda que se pueda tener relacionada con el material o con el desarrollo de la prueba. Es vital no callarse ninguna duda para evitar errores.
Tras estos pasos, la dinámica de grupo comienza. Y en ella es importante participar activamente y contribuir aportando opiniones, soluciones… según el objetivo o finalidad que se haya establecido en esa prueba. Esta participación es importante que esté bien fundada para que no jueguen en contra comentarios que no vengan a cuento o que se sepa que son totalmente erróneos. No se trata de participar por participar, sino de hacer intervenciones que realmente puedan aportar algo.
De hecho, una de las claves más importantes es también que cada argumentación, opinión o solución que se aporte esté bien argumentada con cifras, hechos… con lo que se ganará credibilidad y se evitará que se tienda a pensar que son opiniones o temas que han salido de la nada o que se han inventado para la ocasión.
Y no hay que olvidarse tampoco de que todas las intervenciones deben ser claras y concisas, aparte de realizarlas en un tiempo prudente para que los demás también puedan intervenir y se alcance el objetivo en el espacio temporal marcado.
También es fundamental escuchar atentamente al resto de los compañeros que participen en la dinámica de grupo. Si se permite en la prueba, se pueden tomar algunas notas que llamen la atención o sobre lo que se podría debatir o aportar alguna idea adicional o bien matizar con más conocimientos.
Evidentemente, en la dinámica de grupo, hay que saber comportarse. Hay que actuar siempre con educación y respetar los turnos y lo que diga cada persona, aunque no se esté de acuerdo. Ya habrá ocasión de aportar la opinión de forma diplomática, sobre todo, si hay discrepancias con el resto de miembros del grupo.
Puede ser también de ayuda incorporar opiniones o comentarios de otros porque será una señal de que se está atendiendo. Normalmente, la agresividad no se valora, salvo en algunos puestos de trabajo excepcionales en los que se precise una altísima capacidad de liderazgo o esa cualidad, ya que se tiende más a tener en cuenta otros aspectos como la empatía, la persuasión o la diplomacia. También que se tenga capacidad de escucha y se sea observador.