Una de las dificultades a la que tienen que enfrentarse las empresas, ya sean grandes o pequeñas, es conseguir una plantilla de trabajadores que se implique y esté comprometida con el proyecto. Pero no hay que desesperar porque puede conseguirse si se ponen en marcha las medidas y acciones adecuadas.
Además, hay que tener en cuenta que desarrollar este tipo de actuaciones es clave porque revierten de forma positiva en la compañía, ya que los trabajadores están más satisfechos con su papel dentro de la entidad empresarial y rinden más.
Qué hacer
Lo primero y principal es hacer que el empleado se sienta parte de la empresa, del sistema, porque en caso contrario de nada servirán el resto de medidas. Para lograrlo es importante que la compañía motive a sus empleados y reconozca su labor, así como la importancia estratégica de su actividad diaria para la buena marcha de la empresa.
Igualmente es relevante que los empleados sean conscientes de los objetivos que se deben conseguir, que deben ser reales, para fomentar su ambición y participación en la consecución de esas metas. Por supuesto, deben tener claros los valores propios y corporativos.
El reconocimiento de las acciones que se lleven a cabo por parte de los empleados o la retroalimentación, conocida también como feedback positivo, es decisiva también. Asimismo, es vital que se trabaje en un buen ambiente y que haya confianza, al igual que el trabajador tenga un determinado nivel o grado de autonomía para que pueda tomar un mínimo de decisiones propias sobre su trabajo diario.
No hay que olvidarse de que los empleados dispongan de la oportunidad de evolucionar para avanzar en su profesión y poder seguir dentro de la empresa con su carrera profesional. Y otro factor clave es la formación. Las empresas deben ser conscientes de su importancia para desarrollar su potencial y dar respuesta a las necesidades de crecimiento tanto de la empresa como profesionales de los empleados.