El prestigio profesional refleja la imagen que tiene un trabajador en el entorno laboral. En este sentido, conviene ser muy responsable no sólo con aquello que tiene que ver con uno mismo sino también con el otro. Las personas tóxicas pueden dañar el prestigio de un compañero sin ningún tipo de pudor.
Consejos para tener una imagen positiva
En primer lugar, es importante que te especialices en un campo en concreto para convertirte, con el paso de los años, en un referente para otros profesionales del sector. Ten expectativas acordes a tu edad y a la experiencia que tienes.
Tienes que estar informado de quiénes son los grandes referentes de tu sector profesional para saber qué hacen y aprender de ellos.
Es positivo participar en congresos puesto que en este tipo de entornos puedes hacer contactos de trabajo y aprender mucho. Además, anota en un cuaderno toda la información relevante que descubres sobre tu área profesional y que puede ayudarte en tu carrera. Por ejemplo, puedes anotar títulos de libros, cursos profesionales, conferencias, nombres de empresas…
Cuida tus formas y tus buenos modales porque se valoran mucho en el ámbito profesional. Evita tratar a los demás como tratas a tus colegas en el tiempo de ocio. Es un signo de inteligencia emocional saber estar en cada contexto.
Sigue investigando sobre tu área profesional. Puedes encontrar material en las bibliotecas de las universidades pero también, hay material importante en las bibliotecas de barrio. Publica artículos en revistas sobre tu área de interés.
Puedes animarte a crear un blog personal para darte a conocer. Ese blog puede ser tu mejor carta de presentación ante las empresas a las que mandes tu currículm.
No descuides tus relaciones sociales
Tu prestigio profesional también está vinculado con tus relaciones personales en el tiempo de ocio. No dejes de lado a tus amigos de siempre por estar muy ocupado. El prestigio social también se alimenta a través del entorno personal.